19 mayo 2009

Los 'convidados de piedra' de los análisis del 11-M

 
 
 
 






Lunes, 18 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.091.

OPINION

EDITORIAL


Los 'convidados de piedra' de los análisis del 11-M

LA ENTREVISTA que hoy publicamos con Antonio Iglesias, uno de los ocho expertos que participaron en la prueba pericial sobre explosivos ordenada por el tribunal del 11-M, es demoledora para la sentencia de la Audiencia Nacional refrendada por el Supremo. Los datos que este químico pone sobre la mesa indican que fue dictada sobre bases falsas y condicionada por una más que probable manipulación de la investigación.

Iglesias es contundente al afirmar que en las muestras recogidas en la estación de El Pozo «aparece el retrato robot del Titadyn». La sentencia da por hecho, en cambio, que estalló Goma 2 ECO basándose en el dibutilftalato presente en los análisis. Sin embargo, en contra de lo que afirma el texto de Gómez Bemúdez, este elemento no sirve como «diferenciador». De hecho, estaba en el Titadyn incautado a ETA en Cañaveras días antes de la masacre. Durante la pericial del 11-M se detectó su presencia, pero se camufló entonces bajo el nombre genérico de «ftalatos», por lo que al tribunal le pasó desapercibido un dato que podría haber cambiado la sentencia, al menos en lo que se refiere al papel de Trashorras y la trama asturiana. ¿Casualidad o manipulación? Es ahora cuando Iglesias ha comprobado que la referencia a los ftalatos escondía el dibutilftalato.

En contra de la tesis de que lo que estalló en los trenes fue Goma 2 ECO está el hecho incontrovertible de que en la estación de El Pozo apareció DNT, que no forma parte de ese explosivo. Iglesias lo presenta como un inesperado «convidado de piedra». Es muy revelador, a ese respecto, el episodio en el que narra la reacción airada del jefe de la pericia del 11-M, Alfonso Vega, contra los Tedax, cuando constata la presencia de DNT en los análisis. Su enfado se debió, probablemente, a que en ese instante cayó en la cuenta de que la Policía Científica había sido engañada por una unidad (los Tedax) a la que no correspondía el análisis de los explosivos.

Curiosamente, días después, en las instalaciones donde se custodiaban las pruebas, se produjo el apagón que desconectó las cámaras que garantizaban que nadie pudiera manipularlas. Y fue a partir de ese momento cuando comenzaron a aparecer trazas de DNT en las muestras de Goma 2 ECO que alimentaron la teoría de la contaminación, pese a que ninguno de los análisis anteriores las habían detectado. De nuevo, ¿casualidad o manipulación?

La reacción de desconcierto de Vega ante la aparición del DNT es parecida a la que manifestó cuando se conoció la presencia de otro «convidado de piedra» -la nitroglicerina- en los restos de polvo de extintor. Y es que la nitroglicerina tampoco forma parte de la Goma 2 ECO.

Los análisis de Iglesias llegan a otra elocuente conclusión. Merced a un estudio de granulometría, advierte que es «estadísticamente imposible» que la muestra patrón de dinamita que el jefe de los Tedax ofreció a la Policía Científica proviniera de un cartucho distinto a aquel al que pertenecían los restos de explosivo que los agentes decían haber encontrado en la furgoneta Kangoo supuestamente utilizada por los islamistas. Eso apunta a la fabricación de una prueba falsa. Pero además, en todos los análisis de las dos muestras aparece lo que Iglesias presenta como un tercer «incómodo convidado de piedra»: metenamina, un compuesto que tampoco forma parte de la Goma 2 ECO y que, por lo tanto, no debía estar en ninguna de ambas.

Iglesias, que en sus explicaciones demuestra que el rigor científico no está reñido con la exposición didáctica, nos presenta así un documento esencial, de primera magnitud, que confirma las sospechas de manipulación no sólo durante la instrucción del 11-M, sino también durante la pericia ordenada por el tribunal. Esos «convidados de piedra», como en el Tenorio, parecen querer volver del pasado para recordar a los vivos que la justicia sigue siendo una asignatura pendiente. Su informe será publicado próximamente por La Esfera de los Libros para que cualquier ciudadano pueda consultarlo.


Lunes, 18 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.091.

ESPAÑA

11-M / La investigación / ANTONIO IGLESIAS /Químico, perito en el juicio del 11-M

«Apareció el retrato robot del Titadyn»

El experto químico ha revisado todos los análisis que se hicieron a los explosivos del 11-M y ha encontrado nuevos datos que rebaten la tesis mantenida por la sentencia y apuntan a que no fue Goma 2 ECO sino otro el explosivo empleado en la masacre

MANUEL MARRACO
Madrid

Antonio Iglesias dejó de trabajar «contrarreloj» hace ahora dos años, cuando, en San Isidro de 2007, concluyó la pericial sobre explosivos ordenada por el tribunal del 11-M. A partir de ese momento, ya con calma, comenzó otro encargo que sólo él se había hecho, impulsado por la «insatisfacción comprimida» que le habían dejado las prisas con las que los ocho expertos reunidos por la Audiencia Nacional habían tenido que trabajar.

Iglesias empezó a revisar todos los análisis y a replantearse los puntos en los que los cuatro peritos independientes no habían llegado a un acuerdo con los dos de la Policía y los dos de la Guardia Civil. Esas diferencias eran lo que Iglesias describe como «discrepancias sin red», porque con ellas no se buscaban cosas rutinarias de la química, como la calidad de un agua, sino la causa de muerte de 192 personas. El resultado ha sido un macroinforme visado en el Colegio de Químicos de Madrid que cuestiona la conclusión principal de la sentencia y que en breve verá la luz en La Esfera de los Libros.

Pregunta.- La vía para determinarlo ha resultado muy enrevesada, pero la pregunta a la que respondía era simple: ¿qué estalló en los trenes?

Respuesta.- En el foco que mejor se pudo analizar, en la estación de El Pozo, es altamente probable que Titadyn. Aparecen todos los componentes, aparece el retrato robot del Titadyn, que para eso se hacen las analíticas.

P.- Lo cierto es que los magistrados dejan abierta una puerta a que se empleara otro explosivo, pero centran el relato y las condenas en la Goma 2 ECO robada en Asturias. Su informe vierte muchas críticas a la parte de la resolución que afecta a los explosivos.

R.- La sentencia, con todos los respetos, tiene muchas lagunas, aunque entiendo la dificultad de los jueces para moverse por el campo de la química analítica. Dice con una rotundidad demoledora que, en todos los focos, como se había detectado dibutilftalato, ajeno al Titadyn, estalló Goma 2 ECO. En cambio, ignora la presencia también en todos los focos de dinitrotolueno (DNT), que no forma parte de ese explosivo. Eso hay que decirlo ahí, señor juez. Tampoco dice nada de que los Tedax lavaran las muestras y no guardaran el material, pese a que cualquier estudiante de laboratorio sabe que hay que hacerlo.

P.- Al margen de lo que se pueda reprochar a la sentencia, usted aporta datos nuevos y relevantes que el tribunal no pudo tener en cuenta al redactarla. Por ejemplo, que en el Titadyn incautado a ETA en Cañaveras sí había dibutilftalato, pese a que su teórica ausencia llevó al tribunal a inclinarse por la Goma 2 ECO, que sí lo tenía.

R.- El análisis que habíamos hecho a ese Titadyn lo había visto 20 veces y no me había fijado, pero un día me fijo y pienso: 'Esto que han marcado aquí de modo tan genérico como ftalatos corresponde a lo que en la base de datos toda la vida hemos estado llamando dibutilftalato'. Era un hallazgo trascendente. El hecho de que no nos diéramos cuenta obedece a que el perito guardia civil que hizo el análisis se contentó con poner el genérico «ftalatos».


El jefe de la pericia, el policía Alfonso Vega, ya había reconocido que el dibutilftalato no es diferenciador con margen de confianza suficiente para atribuirlo a la Goma 2 ECO porque está presente en muchos plásticos y elementos de los trenes. Un día, discutiendo, Alfonso me dice: 'Mira, yo nunca diré que un compuesto es Goma 2 ECO sólo por el dibutilftalato'. Eso está registrado en las cámaras de vídeo y audio que Gómez Bermúdez había ordenado poner para la transparencia de la pericia. El remate viene cuando no sólo no es específico, sino que en la muestra de Titadyn aparece dibutilftalato.

P.- Entre la multitud de análisis de la pericia hay otros cuya revisión le lleva a afirmar que el resto de explosivo encontrado en la furgoneta de los terroristas y la muestra patrón de Goma 2 ECO entregada por el jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, provenían del mismo cartucho.

R.- Es una de esas cosas a las que no le das importancia hasta que dejas de jugar contrarreloj y dices: 'Voy a repasar todas las gráficas que hay'. Me di cuenta viendo fotos de la pericial. La dinamita contiene almidón y ese almidón tiene una granulación que se puede teñir. Vi la enorme similitud entre la muestra que dicen que apareció debajo del asiento del acompañante de la Kangoo y la llamada muestra patrón. Pensé que estadísticamente es imposible o extremadamente improbable que dos cartuchos diferentes tengan la misma granulometría. Esta técnica analítica es habitual en la Policía Científica precisamente para discriminar tipos de explosivo en base a su granulometría.

P.- ¿De ahí se debe deducir que tenían la misma procedencia?

R.- Es un indicio importante, pero es que hay otro: que de todos los análisis que se han hecho de las dos muestras ha salido un incómodo convidado de piedra, que es la metenamina, un compuesto que no forma parte de la Goma 2 ECO. Así que estamos ante dos muestras que tienen la misma granulometría y un mismo compuesto que no debería estar en ninguna de las dos. Esa conjunción de indicios autoriza a pensar en la procedencia común de las dos muestras.

P.- En su informe afirma que hallazgos como éstos apuntaban la falsedad de la prueba de la Kangoo y cuestionaban la validez del sumario.

R.- Es una coincidencia cuanto menos asombrosa, pero no soy quién para testimoniar que haya habido una irregularidad. Eso lo sabrá el que llevó las muestras a la Policía Científica, pero hay materia suficiente para pensar que las dos muestras forman parte del mismo cartucho o han estado juntas en el mismo lugar y al mismo tiempo.

P.- Estos dos hallazgos los ha hecho usted en la tranquilidad de su despacho. Hubo otros, en cambio, que se produjeron durante la pericial conjunta con los expertos oficiales y provocaron un gran sobresalto. El primero fue otro convidado de piedra, el dinitrotolueno (DNT), que era componente del Titadyn y no de la Goma 2 ECO en la que insistía la Fiscalía.

R.- La primera sorpresa aparece cuando analizábamos una muestra de los focos de explosión. Estábamos Andrés de la Rosa, de la Policía Científica, y yo. Nos quedamos un poco sorprendidos. Probamos varias veces y aquello decía DNT. Llamamos al director de la pericia y se lo dijimos. 'Ah, venga ya, estáis locos, ¡cómo va a haber DNT!', nos dijo. ¿Por qué decía esto, por qué su extrañeza? Porque había un dogma: que en los trenes había estallado Goma 2 ECO y vale ya, como alguien dijo. Y claro, la Goma 2 ECO no tiene DNT. A Alfonso le dio mucho yuyu admitirlo, y cuando no tuvo más narices que hacerlo, dice: 'Ahora sí que me voy a cagar en la madre que parió a los Tedax'. Lo recuerdo perfectamente, lo dijo el día que apareció el DNT y lo dijo delante de las cámaras.

P.- Al margen del desahogo con los Tedax, ¿cuál fue su reacción científica?

R.- Eso creó un revuelo enorme en el laboratorio. Alfonso Vega se lo contó a su superior, Miguel Ángel Santano. A la mañana siguiente nos reúne y nos dice: 'No creo que haya sido DNT de los focos de explosión, seguramente es de impurezas de la fábrica de la Goma 2 ECO'. Pero la fábrica dijo que había dejado de usar DNT en 1999, y las muestras que nos enviaron dieron negativo de esa sustancia.

Unos días después, el secretario judicial nos dice que tomemos nota de que, en la noche anterior, había habido un apagón en las instalaciones y la cámara había dejado de grabar. Uno es bueno y piensa que son cosas que pasan. Lo malo es cuando empiezas a atar cabos de cosas extrañas. Ya es raro que no hubiera un sistema para reiniciar el suministro eléctrico en la sede central de la Policía, pero es que empiezan a aparecer trazas de DNT en muestras de Goma 2 ECO. Y lo encontramos ahora, qué casualidad, después de no descubrirse en 2004, después de aparecer en los focos y después de un apagón...

P.- Hubo una segunda aparición. En la muestra mejor conservada, un resto de polvo de extintor, detectaron nitroglicerina, que de nuevo forma parte del Titadyn y no de la Goma 2 ECO. ¿Qué sucedió en este caso?

R.- Pues horror, horror. Gran desconcierto, sobre todo entre los peritos oficiales. El primer reflejo de Alfonso Vega es: 'Os habéis equivocado, no es posible, vamos a hacer pruebas'. Se repite en dos aparatos y vuelve a salir... Alfonso era reacio a admitir que era nitroglicerina, los peritos de la Guardia Civil lo aceptaban. Al final, Alfonso tuvo que admitirlo.

P.- Aunque no lo había pedido expresamente, el tribunal recibió noticia inmediata de ese hallazgo.

R.- Se lo comunicamos los peritos independientes. Así nos quedamos tranquilos, porque el juez ya no se podía escapar de eso. Vistas las sorpresas, los apagones, quién nos decía a nosotros que en Semana Santa, sin grabar las cámaras... te podías esperar cualquier cosa. Cundía ya un clima de suspicacia que lo creó Alfonso Vega, él sabrá bajo órdenes de quién.

P.- Después de varios meses metido en una pericial tan densa y con tantos sobresaltos, ¿qué le llevó a seguir adelante?

R.- Una insatisfacción comprimida. Ya sabemos que los explosivos son tanto más eficaces cuanto más comprimidos están, y yo estaba muy comprimido con esto. Empecé a escribir a los pocos días. Sometí todo a autocrítica, repasé las características de los explosivos y los experimentos que hicimos. A finales de 2008, lo sometí al visado del Colegio de Químicos, que supone el reconocimiento y apoyo institucional a la profesionalidad del autor. Además, lo sometí al juicio de los otros tres expertos independientes que habían participado en la pericia del tribunal. Recuerdo que hubo asombro y mostraron su acuerdo y disposición a respaldar el escrito. Lo que cuenta es la novedad, el análisis del Titadyn en el que aparece el dibutilftalato y las microfotografías con los gránulos de almidón. Eso está al alcance de todo químico que haya abierto el dictamen y lo haya visto.

P.- ¿Queda algo relevante por investigar?

R.- Esto ya tiene un tratamiento jurídico...

P.- Desde el punto de vista científico.

R.- Vamos a ser prácticos. Reanalizar las muestras está sometido a la incertidumbre de una cadena de custodia que ha dejado bastante que desear cuando los Tedax lavan las muestras, cuando misteriosamente se apaga la luz, cuando aparecen sin saber cómo trazas de DNT y nitroglicerina en muestras que ya se habían analizado... Yo ya no sé qué puede aparecer en lo que quedó allí. Analíticamente tampoco creo que tenga gran valor, porque, después de cinco años, el estado de las muestras se habrá deteriorado y cada vez tendrán más limitaciones en cuanto a la calidad.

P.- ¿Y usted sigue revisando algún punto?

R.- Sí, pero mejor no adelantar acontecimientos.

TENSIONES ENTRE LOS PERITOS

«La Guardia Civil no tragaba con la contaminación ambiental»

Pregunta.- La fase final de la pericial evidenció que ni siquiera había acuerdo entre los expertos de la Guardia Civil y los de la Policía.

Respuesta.- A pocos días de que venciera el plazo de entrega del informe al tribunal, tuvimos una reunión con muchas discrepancias. No habíamos llegado a un acuerdo. Para facilitar la redacción del informe, el guardia civil Carlos Atoche nos dice a Gabriel Moris [perito por parte de la AVT] y a mí: '¿Qué os parece si consensuamos un dictamen?'. A mí, consensuar me suena un poco chungo. En la ciencia no se consensúa, se marcan evidencias. '¿Qué quieres decir con consensuar?', pregunté. 'Hombre, nosotros sí estamos de acuerdo en que el DNT es de un explosivo [lo que exigía otro explosivo además de la Goma 2 ECO] y no estamos de acuerdo con lo que habla Alfonso [Vega] de la contaminación'. Yo le dije que no podíamos llegar a un acuerdo porque no creía en su explicación sobre la metenamina.

Ese mismo día, cuando regresamos al Laboratorio de la Policía Científica, oímos un ambiente alterado en la sala de al lado, la de Miguel Ángel Santano. Se oían voces, digamos, de discrepancia. Luego llegan Atoche y Vega discutiendo entre ellos. Ya se había marcado entre los peritos oficiales dos escuelas, los propugnadores de la contaminación ambiental y los de la Guardia Civil, que no tragaban con eso.

P.- La mayor coincidencia inicial de la Guardia Civil con los expertos independientes no duró hasta el juicio.

R.- Al final, en el juicio, nos extrañó mucho el cambio radical de actitud de la Guardia Civil. Vi que no había posibilidad de diálogo con quienes, aparte de su competencia profesional, tienen una serie de obligaciones de la cadena de mando que al final han pesado de modo decisivo en sus argumentaciones. Aquello había acabado como el rosario de la aurora.

P.- La razón principal era que, al igual que no admitía la teoría de la contaminación con la que la Policía quiso explicar la aparición de lo que no formaba parte de la Goma 2 ECO, tampoco aceptaba cómo la Guardia Civil explicaba que apareciese la metenamina donde no debía haberla.

R.- Mantenían que se generaba en el cromatógrafo de gases en determinadas circunstancias. En realidad, si aceptáramos la teoría a efectos dialécticos, el que se generara en la muestra de la Kangoo y la muestra patrón, y no en algunas otras muestras, es otro indicio de que tienen un origen común. Con más humor, Gabriel Moris le dijo irónicamente a Atoche: '¡Carlos, te felicito, porque has descubierto un método de fabricación de metenamina!'.


Martes, 19 de mayo de 2009. Año XXI. Número:7.092. EDICIÓN: MADRID

ESPAÑA

CARLOS ROMERO BATALLÁN Químico, perito en el 11-M 

«El policía jefe de la pericia nos quiso tomar el pelo»

Este experto químico respalda las conclusiones de su compañero de pericia en el 11-M Antonio Iglesias. Apunta a que estalló Titadyn y denuncia el sospechoso empeño de los peritos oficiales en apuntalar la versión del fiscal

MANUEL MARRACO
Madrid


«Suscribo totalmente lo que dice Antonio Iglesias y ya se lo he comunicado al Colegio de Químicos». Carlos Romero Batallán estuvo en la pericial de explosivos del 11-M, y hoy, como entonces, coincide con su colega Iglesias al señalar al Titadyn como principal sospechoso. Antes de presentar el macroinforme con la revisión de todos los análisis, Iglesias expuso su trabajo a los otros tres peritos independientes que durante tres meses y medio se encerraron en un laboratorio con dos miembros de la Policía Científica y dos guardias civiles para corroborar o refutar la versión oficial.


Pregunta.- ¿Cuál es su impresión sobre el informe de su compañero de pericia?

Respuesta.- Nos informó de lo que ha hecho y de las conclusiones a las que ha llegado y lo suscribo en su totalidad. Hablé con el decano del Colegio de Químicos apoyando a mi compañero. El informe esta ahí, se puede analizar y cualquiera lo puede leer y extraer sus conclusiones.

P.- Pese a lo que los cuatro peritos independientes indicaron en el informe final, el tribunal se inclinó por la versión oficial de que había estallado Goma 2 ECO y no Titadyn.

R.- Nosotros no pudimos llegar a la conclusión tajante de que fue Titadyn porque no teníamos material suficiente. Nos sorprendió llegar a una pericia de tres pares de bigotes con unas muestras que eran de risa. Sólo disponíamos de una muestra de los focos buena, no lavada por los Tedax. Si hubiera encontrado otras dos muestras similares, si las aguas de lavado de las muestras no hubieran desaparecido y si los trenes no se hubieran fundido, hubiéramos encontrado más cosas. Pero sólo había esa muestra sin lavar. El lavado es una técnica normal, pero hay que guardar el agua porque es la prueba del delito. Si la tiras, los que vengan detrás no encuentran nada, que es lo que nos paso a nosotros.

P.- Las aparición de elementos ajenos a la Goma 2 ECO y presentes en el Titadyn provocó tensiones entre los peritos oficiales y ustedes, principalmente con el jefe de la pericia, Alfonso Vega, de la Policía Científica.

R.- Yo le dije a Alfonso que le reprobaba químicamente. Nos tomó el pelo. Hay cosas que son evidentes, nos quisieron tomar el pelo descaradamente. Está todo grabado. Hay que comprobar ahora que todo eso no lo hayan camuflado. En las grabaciones se ven todas las discusiones técnicas de la pericia, cómo nos han querido tomar el pelo y no nos hemos dejado, cómo irrumpe en la pericia gente que no tenía nada que ver con ella. Se ve todo lo que hemos padecido durante tres largos meses.

P.- Durante el juicio, usted insistió en la similitud entre el análisis de lo encontrado en esa muestra no lavada y el análisis del Titadyn intacto.

R.- Recuerdo que en la pericial ante el tribunal aporté el cromatograma de la muestra, que era clavado al Titadyn. [El magistrado] Gómez Bermúdez me dijo que me callara seis o siete veces, pero yo quise dejarlo claro. El cromatograma es clavado, es clavado. Todo, todos los picos que tenía el Titadyn aparecieron, todos. En un principio desechamos esa muestra de polvo de extintor porque, lógicamente, estaba dentro del extintor cuando se produce la explosión, y es posteriormente cuando un artificiero o quien sea lo aplica al foco. Pero llamé al director técnico de un fabricante de extintores, que también es químico, y me dijo que ese producto tiene una gran capacidad de absorción y adsorción. Me dijo: 'Esto es como un secante, es un calco de lo que hay ahí'.

P.- Su compañero Iglesias ha dicho que sintió necesidad inmediata de revisar el material por los obstáculos y prisas con las que tuvieron que trabajar.

R.- Yo también me quedé con ganas de revisar muchas cosas. Se me quedó muy mal cuerpo y todos los días me acuerdo de las víctimas.


Lunes, 18 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.091.

ESPAÑA

Juicio a los dos policías presos por hablar con EL MUNDO

JOAQUÍN MANSO
Madrid

«Y, entre tanto, dos policías honrados llevan ya 24 días en prisión por el único delito de hablar con un periodista de EL MUNDO». Este entrecomillado figuró en todos los editoriales de este periódico durante varias semanas de diciembre de 2006. El 24º, que coincidió con la Nochebuena, fue el último que los agentes Antonio Parrilla y Celestino Rivera pasaron en la cárcel acusados por el juez Juan del Olmo de contarle una noticia a un redactor de este diario. Un anónimo aportó esa noche los 70.000 euros que faltaban para completar la elevadísima fianza de 300.000 euros que les impuso el magistrado, y permitió que los dos policías pasasen las navidades con sus familias.

Hoy comienza en la Audiencia de Madrid el juicio contra los dos protagonistas de aquel episodio. Lo único seguro es que en ningún caso regresarán a la cárcel: con las mismas pruebas con las que Del Olmo los mantuvo en prisión durante 24 días, la fiscal que se hizo cargo del caso cuando pasó a los juzgados ordinarios pide sólo una multa de 4.200 euros. Los dos niegan haber facilitado información al periodista Fernando Lázaro, que podrá ofrecer durante la vista su versión, lo que no había ocurrido durante toda la instrucción de la causa.

Del Olmo se encontraba de guardia en la Audiencia Nacional el 15 de agosto de 2006, cuando a un confidente policial se le intervinieron en Leganés cinco cartuchos de dinamita. El juez inició una investigación ante la sospecha de que el tráfico de explosivos pudiese tener una finalidad terrorista, único supuesto en el que sería competente.

Fianza desorbitada

Las pesquisas descubrieron una trama policial que traficaba con drogas y explosivos. En diciembre, el juez hizo coincidir la detención del grupo corrupto con la de otros dos policías (Rivera y Parrilla) a los que acusaba de filtrar la noticia, como si entre unos y otros existiese alguna conexión.

Del Olmo continuó prolongando esa apariencia cuando, en un mismo auto, ordenó la prisión para los dos agentes imputados sólo por revelación de secretos y a tres integrantes de la trama mafiosa. Y más aún, cuando fijó para Rivera y Parrilla una fianza desorbitada de 150.000 euros para cada uno.

Dos semanas después, Del Olmo asumió que no era competente y remitió la causa a un juzgado ordinario. El juez que se hizo cargo permitió que se devolviesen las fianzas, que se reunieron gracias a una cuestación organizada por la Confederación Española de Policía.


 

Martes, 19 de mayo de 2009. Año XXI. Número:7.092. EDICIÓN: MADRID

OPINION

IMPRESIONES / La imposición de la verdad oficial del 11-M

...Y dos policías pudieron ir a la cárcel «por discrepar»


AYER comenzó el juicio contra Antonio Parrilla y Celestino Rivera, los policías a los que el juez Del Olmo encarceló 24 días bajo la única acusación de informar sobre una trama de corrupción policial al periodista de EL MUNDO Fernando Lázaro. El hecho de que la fiscal pida ahora sólo 4.200 euros de multa demuestra de forma flagrante que Del Olmo actuó de forma arbitraria y mezquina. Con todo, lo más significativo es que ayer el juez, Miguel Hidalgo, preguntase motu proprio a Parrilla si creía que sus jefes podrían haberle implicado en este asunto de las supuestas revelaciones «por discrepar de la versión oficial del 11-M». Ni la fiscal, ni la defensa, ni los acusados habían hecho hasta el momento mención alguna a la participación de Parrilla en la investigación del 11-M. Pero la Policía sabía de sus discrepancias respecto a la versión oficial. ¿Pudo ser su encarcelamiento una estrategia de amedrentamiento de cara al juicio por los atentados


Martes, 19 de mayo de 2009. Año XXI. Número:7.092. EDICIÓN: MADRID

ESPAÑA

«¿Cree que pudo ser por discrepar sobre el 11-M?»

El juez, a uno de los policías encarcelados por Del Olmo por hablar con EL MUNDO

JOAQUÍN MANSO
Madrid

La Audiencia Provincial de Madrid celebró ayer la primera sesión del juicio contra los dos policías a los que el juez Juan del Olmo encarceló durante 24 días bajo la única acusación de informar sobre una investigación al periodista de EL MUNDO Fernando Lázaro. La fiscal pide ahora, con las mismas pruebas, 4.200 euros de multa. Cuando el agente Antonio Parrilla se defendió afirmando que sus compañeros de asuntos internos «han mentido» para implicarle en este asunto, el presidente del tribunal, Miguel Hidalgo, le respondió introduciendo un elemento novedoso: «¿Cree usted que pudo ser por discrepar de la versión oficial del 11-M?».

Ni la fiscal, ni las defensas, ni siquiera ninguno de los dos acusados habían hecho hasta ese momento ni una sola mención a la participación de Parrilla en algunos de los momentos más importantes de la investigación del 11-M.

El agente había asegurado que conoció al periodista de este diario «después de estar en la cárcel» y que la brigada de asuntos internos manipuló un informe para situarle en una reunión con él en una cafetería. «A mí me quieren meter en este asunto...», reflexionó. El juez le interrumpió: «¿Qué motivo cree que pueden tener para querer implicarle?».

-«No sé, eso pregúnteselo a ellos», respondió el agente.

-«Vamos a ver... Usted ha participado en la investigación del 11-M. Perteneció a la UCIE. Estuvo en la detención de Trashorras, en la operación de Lavapiés...», introdujo el magistrado Hidalgo.

-«Sí, sí... yo era el controlador del confidente Cartagena...».

La conversación continuó hasta que el juez preguntó directamente al acusado si sus temores tenían que ver con sus discrepancias sobre la investigación del 11-M. El agente Parrilla no contestó, sólo añadió que acabó rompiendo con la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía después de la operación Nova. «Mire usted, eso es un montaje», afirmó. El magistrado Hidalgo insistió en si había sido uno de los testigos de la «línea conspirativa» en el juicio del 11-M... y el diálogo se fue diluyendo.

El juez Miguel Hidalgo, ex policía y presidente de la Sección 16ª de la Audiencia de Madrid, participó de manera muy activa durante toda la sesión e intervino en todos los interrogatorios. Demostró un conocimiento muy preciso de todos los detalles de la instrucción, y sus preguntas no sólo exteriorizaron su interés en el objeto principal de la causa -la presunta revelación de secretos a EL MUNDO-, sino asimismo en otros adyacentes, como que una mujer rusa permaneciese un mes en la cárcel por tráfico de drogas pese a que las escuchas telefónicas ya habían probado que había sido víctima de un montaje organizado por policías corruptos que también trapicheaban con Goma 2. Precisamente, los agentes están acusados de haber filtrado a este periódico datos sobre esta trama mafiosa.

La sesión había comenzado con la reproducción de los CD en los que pueden escucharse las conversaciones del periodista Fernando Lázaro con el acusado Celestino Rivera. Después, este policía fue interrogado para dar su versión de los hechos: esencialmente, consiste en que fue el redactor de este diario quien le proporcionó a él un borrador que contenía información detallada sobre una trama mafiosa en el seno de la Policía, y no al revés. El agente, según su propio relato, habría dado traslado de estos datos a la Brigada Provincial de Información para que los aprovechasen.

Los policías de ese grupo, que fueron los siguientes en testificar, confirmaron que así fue y que, si bien Rivera mostró cierto interés en conocer cómo avanzaban las pesquisas, ellos no le aportaron ninguna referencia. Por último, compareció un agente de asuntos internos, que no aclaró cómo pudo identificar como Parrilla a una persona que se reunió con Fernando Lázaro en una cafetería de Madrid.

(11-M)





 

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