09 julio 2009

El 11-M vuelve a estar en manos de la Justicia









Miércoles, 8 de julio de 2009. Año XXI. Número: 7.142.
OPINION
COMENTARIOS LIBERALES
Los papeles del CNI sobre el 11-M
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
LA CORRUPCIÓN generalizada de la casta política y la profunda desilusión que se ha apoderado de los votantes no aparecen en ninguna encuesta, porque nadie pregunta por ellas. No se vota ilusión en las urnas, cierto, pero tampoco trata nadie -en la izquierda y en la derecha- de convencer a los ciudadanos para limpiar la vida pública: de la Policía al Fisco, de la Justicia a las autonomías y los ayuntamientos.
Se da por hecha la corrupción de las instituciones, que sobrevive quien mejor se acomoda a paisaje tan ruin, que denunciar el saqueo del erario cuando millón y medio de parados no reciben ya ni un solo euro de ayuda es perder el tiempo, que buscar justicia no es de quijotes sino de idiotas.

El PSOE tiene dinero para montar carrozas en el desfile del Orgullo Gay, pero Griñán congela las ayudas a Cáritas, aunque en Andalucía se han doblado las necesidades de comedores y albergues. Para los Chaves de MATSA hay subvenciones, faltaría más. Para los comedores de beneficencia, no. Prioridad política se llama a esa figura.

Y, sin embargo, nada más prioritario que acabar con la costumbre de despreciar al pobre y escarnecer al contribuyente. Nada urge más que persuadir a los jóvenes de que todo lo que se ensucia puede limpiarse. Pero las esperanzas de cambio en política vienen de la mano de la oposición, no del Gobierno, y del PP de Aznar que encabezaba la oposición a González a éste de Rajoy que debería hacer lo mismo con ZP, la diferencia es abismal.

Una prueba: Aznar dijo que si llegaba a La Moncloa desclasificaría y daría a los jueces los papeles del CESID sobre los GAL. Luego no cumplió su promesa o dejó que los jueces la cumplieran por él, pero existía la promesa y, por ende, la esperanza. Rajoy ni se ha molestado en explicar ante la opinión pública la necesidad de desclasificar los papeles secretos del CNI sobre el 11-M. Que existen, sin duda, porque alguien tuvo que informar al Rey y al Gobierno sobre la monstruosa estafa informativa y la sistemática destrucción de pruebas sobre la masacre.

Saiz ha cultivado más silencio que tomates. Pero Sanz Roldán y los clanes del CNI deberían desclasificar ya los documentos sobre la cuarta trama y las demás tramas delictivas cuya ocultación permitió ascender a Dezcállar. Porque Rajoy, tras la denuncia de las víctimas del 11-M contra Manzano, debe pedir esa desclasificación. Es más importante que lo de Camps.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
OPINION
EDITORIAL

 
El 11-M vuelve a estar en manos de la Justicia
DOS ACCIONES judiciales coincidentes casualmente en el tiempo han resucitado la actuación judicial sobre el 11-M. La primera es la acción civil interpuesta por el comisario Sánchez Manzano contra EL MUNDO, que ha aprovechado esta demanda para presentar nuevos documentos, testimonios y pruebas periciales que corroboran los gravísimos errores cometidos por el antiguo responsable de los Tedax. Nuestro periódico ha tenido acceso a esos documentos de indiscutible interés público hace semanas, y en algunos casos hace meses, pero -por respeto a la función jurisdiccional- decidió no revelar su contenido hasta después de la práctica de la prueba en la vista oral.
La segunda de esas acciones judiciales es la interposición de una querella criminal por parte de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano por tres presuntos delitos en la investigación de los atentados de Madrid, tal y como anunciaba nuestro periódico el pasado lunes.

El primero de los documentos aportados por EL MUNDO en la vista celebrada ayer es un oficio de la Dirección General de la Policía que hace constar que «el examen y estudio de explosivos corresponde con carácter exclusivo al laboratorio de la Policía Científica». Sánchez Manzano eludió esa obligación en el mayor atentado de la historia a pesar de que, en un periodo de seis años, este laboratorio había analizado 116 muestras de explosivos, según otro informe oficial.

Dos expertos de la Guardia Civil, con un gran historial de servicios, declararon ante la juez que ellos no hubieran dado «el visto bueno» a los análisis realizados el 11-M en el laboratorio de los Tedax. A lo que se suma el testimonio de los peritos Iglesias y Romero, que calificaron de «aberrantes y negligentes» esos análisis.

Además, EL MUNDO aportó al tribunal un dictamen pericial que demuestra que Sánchez Manzano no dijo la verdad al afirmar que el teléfono móvil Trium 110, hallado en la mochila de Vallecas, guardaba en su memoria la fecha y la hora para la que estaba programado. Eso es imposible porque este modelo borra los datos almacenados al agotarse o ser retirada la batería, como así sucedió.

Todo ello refuerza la sospecha de que la investigación policial fue manipulada y orientada para apuntalar una hipótesis preconcebida. Sánchez Manzano pudo ser una pieza clave en esta trama, ya que sus negligencias y falsedades resultan de otro modo inexplicables.

La querella criminal de la Asociación de Ayuda a las Víctimas denuncia siete desapariciones del material recogido por los Tedax en el escenario de los atentados. En concreto, piedras del andén de todas las estaciones, parte de las muestras de Atocha, los vestigios de uno de los focos de la calle Téllez, restos de arena y tierra y otros elementos que no se sabe dónde están.

Tras examinar exhaustivamente la actuación de Sánchez Manzano, los querellantes le acusan de omisión del deber de perseguir delitos por la ocultación de esas pruebas, de encubrimiento por el entorpecimiento de la investigación y de falso testimonio por decir, bajo juramento, que él nunca enviaba restos de explosivos al laboratorio de la Policía Científica y por justificar su referencia a «la nitroglicerina» como una inverosímil alusión genérica a la dinamita.

A estas alturas, queda ya muy claro que Manzano manipuló y obstaculizó la investigación sobre el 11-M. Lo que no sabemos es por qué. Eso es lo que deberían determinar los tribunales si la querella es admitida a trámite y se empieza a indagar sobre la cadena de negligencias y omisiones de las que el comisario es responsable.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / Vuelta al juzgado
La dinamita debió analizarla la Policía Científica
Interior confirma que los Tedax tienen que remitir todas las muestras de explosivos

JOAQUÍN MANSO
Madrid
La competencia exclusiva para el «examen», el «estudio» y el «análisis» de las «muestras de explosivos» que se encuentren tras un atentado terrorista corresponde a la Policía Científica. Lo aclara un documento que ha aportado la Dirección General de la Policía a petición de EL MUNDO. Los Tedax, bajo la responsabilidad de Sánchez Manzano, no enviaron a esa unidad los restos que recogieron en las focos de las explosiones, lo que impidió que se les hiciesen análisis científicos hasta que el presidente del tribunal del 11-M, Javier Gómez Bermúdez, ordenó que se llevasen a cabo. Tres años después del atentado.

El documento de la Policía expone la Circular Interna número 50, «en la que se recoge el protocolo de actuación en caso de atentado terrorista». «En lo referente a la Policía Científica, se especifica que: 'Le corresponde, con carácter exclusivo, el examen, estudio, recogida de cualquier tipo de vestigios, restos, muestras de explosivos, etcétera, recogidos en el lugar de los hechos'», señala. Y matiza aún más: «La competencia del análisis de dichas sustancias [las recogidas tras un atentado] queda en el ámbito de la Policía Científica».

Este periódico presentó también una copia del reglamento de los Tedax, que insiste en que los análisis de los técnicos en desactivación de explosivos darán lugar a «informes técnico-periciales», pero que será el Servicio Central de la Policía Científica el que emita «informes técnico-científicos».

De hecho, la fórmula habitual con la que se desenvuelven los Tedax en un atentado consiste en realizar un primer análisis superficial de los restos que sirve para encaminar las primeras investigaciones policiales, y en remitirlos luego a la Policía Científica para que profundice con técnicas científicas con valor probatorio en un juicio. Y así lo demuestra otro informe remitido por el Ministerio del Interior: la Unidad de Desactivación de Explosivos envió a la Comisaria General de la Policía Científica nada menos que 116 muestras recogidas en atentados desde 2000 hasta octubre de 2006. Esa horquilla abarca casi todo el tiempo que permaneció Sánchez Manzano al frente de los Tedax: fue nombrado en 2002 y destituido por Rubalcaba en diciembre de 2006.

Sin embargo, precisamente tras el mayor atentado de la historia de España, los restos de los focos no se enviaron a la Policía Científica. Y eso que los análisis que llevó a cabo el 11-M la perito químico de los Tedax dieron un resultado casi nulo a efectos de la investigación -«componentes genéricos de la dinamita»- porque, como reconoció el propio ex comisario jefe al juez Del Olmo dos años después, su laboratorio carecía de medios técnicos.

Durante la vista que se celebró ayer, además, Manzano trató de restar valor a que su firma constase al pie de los análisis. Puntualizó que él sólo les dio el «visto bueno». Para que sean validos ante un juzgado, esos informes sobre los explosivos deben ir firmados por, al menos, dos peritos químicos o expertos en esa materia. El ex jefe de los Tedax no lo es, y en su laboratorio sólo había un profesional que lo fuese.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / Vuelta al juzgado
EL MUNDO aporta nuevas pruebas contra Manzano para contestar a su demanda
El ex comisario jefe de los Tedax considera lesionado su honor y reclama 300.000 euros. Los documentos y testimonios aportados corroboran las informaciones de este diario
JOAQUÍN MANSO
Madrid
EL MUNDO aportó ayer en un juzgado de Madrid nuevas pruebas para corroborar sus informaciones y opiniones críticas sobre la actuación del ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano en la investigación del 11-M. Se trata de documentos, testimonios y dictámenes periciales presentados durante la primera sesión del juicio por la demanda interpuesta por el ex responsable policial contra este periódico.

Este diario ha tenido acceso a estas pruebas hace semanas, meses en algún caso, pero por respeto a la acción jurisdiccional decidió no revelarlas hasta el momento de su práctica en el juicio oral.

Manzano considera lesionado su honor y reclama 300.000 euros en total al director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, su vicedirector Casimiro García-Abadillo, el redactor jefe Fernando Múgica y el columnista Federico Jiménez Losantos, y solidariamente a UNIDAD EDITORIAL.

Las principales novedades se contienen en un informe de la Dirección General de la Policía que especifica que es la Policía Científica, y no los Tedax, la que tiene la competencia exclusiva para «el examen y estudio de las muestras de explosivos» que se recojan tras un atentado; en un oficio de Interior que detalla que los Tedax hicieron 116 veces entre 2000 y 2006 lo que no hicieron, precisamente, el 11-M: enviar a la Policía Científica muestras de explosivos; y en un dictamen pericial que acredita que el teléfono que se encontró en la mochila de Vallecas pierde la fecha y la hora si se le retira la batería, por lo que deviene imposible la información que sobre este extremo proporcionó Manzano al juez Juan del Olmo.

Ayer también testificaron dos ex tedax de la Guardia Civil y dos químicos que participaron en el análisis de los explosivos. Antes lo habían hecho dos periodistas de EL MUNDO. La abogada de Manzano les inquirió sobre las informaciones que revelaron que el ex jefe de los Tedax había aportado a Del Olmo el dato falso de que la metenamina que apareció en el análisis de la dinamita encontrada en la Kangoo era un componente básico de la Goma 2 Eco y sobre su conocimiento del protocolo que obligaría a los Tedax a remitir las muestras de explosivo a la Policía Científica. También preguntó sobre el proceso de toma de decisiones de la Mesa de Redacción.

Los dos 'tedax'

Durante la vista declararon dos guardias civiles con décadas de servicio en los 'tedax'.

L. A. M. y L. M. B. explicaron que ellos nunca hubiesen dado su visto bueno a un análisis como el que firmó Manzano el 11-M y luego remitió a Del Olmo, en el que no se detallaban los componentes de la dinamita encontrada.

Dijeron que esa omisión impidió decidir sobre las líneas de investigación y que nunca, en toda su experiencia, habían visto un informe así.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / Vuelta al juzgado
Un dictamen sostiene que el ex jefe de los Tedax dio al juez un dato imposible
Declaró que el móvil de la mochila de Vallecas tenía «la hora real» cuando lo encendió
JOAQUÍN MANSO
Madrid
EL MUNDO presentó ayer en el Juzgado de Primera Instancia número 56 de Madrid, donde se celebra el juicio por la demanda del ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano contra este diario, un dictamen pericial firmado por un ingeniero del ICAI que concluye que el teléfono Mitsubishi Electric Trium 110 que el tedax Pedro sacó de la mochila de Vallecas en la madrugada del 12 de marzo de 2004 pierde inevitablemente la fecha y la hora si se le extrae la batería. Este resultado es incompatible con el informe que Manzano aportó al juez instructor del 11-M en noviembre de 2005, como publicó este periódico en su día.

Manzano detallaba al juez que, «cuando se procedió al estudio del teléfono, su hora coincidía con la real y tenía activadas las funciones de alarma (7.40) y vibrador». Este dato fue recogido por Del Olmo en sus autos y por la fiscal Olga Sánchez en su escrito final de acusación.

Sin embargo, el tedax Pedro declaró en el juicio del 11-M que «el teléfono estaba apagado» y que, cuando desactivó la mochila bomba, se trasladó al complejo de la Policía Científica en el barrio madrileño de Canillas. «Una vez allí, el teléfono se desmonta, se quita la tarjeta [...]», dijo.

Para extraer la tarjeta SIM, es inevitable haber sacado previamente la batería. Según el dictamen aportado por este periódico, al que acompaña un minucioso vídeo explicativo del procedimiento llevado a cabo por el ingeniero, en ese momento se pierden la hora y la fecha. Por tanto, cuando los Tedax volvieron a encender el terminal -con una nueva tarjeta SIM-, el Trium 110 no podía mostrar, en ningún caso, la «hora real».

Fuentes policiales confirman que, si los Tedax hubiesen encendido el móvil con la tarjeta SIM original que habían dejado los terroristas -la que luego precipitó la detención de Jamal Zougam-, hubiese desaparecido de su memoria el dato de la BTS -repetidor- en la que se encendió por primera vez el teléfono. Precisamente para conservar esa información, que ayudó a encontrar la casa de Morata de Tajuña donde se montaron las bombas, se decidió sacar la tarjeta antes de activar el teléfono.

El ingeniero llevó a cabo el proceso con un Trium 110 de color plateado, azul y gris oscuro, con la batería cargada y una tarjeta de la compañía Movistar. Una vez comprobados que todos estos extremos funcionaban de manera correcta y eran adecuados para la realización del dictamen, el técnico encendió el terminal e introdujo el código secreto (PIN). Después, efectuó una llamada, almacenó en la guía dos números y programó el despertador para comprobar que todo iba bien.

A continuación, configuró la hora y la fecha. Al azar, fijó las 11.11 horas del 11 de noviembre de 2011, y comprobó en la pantalla que el teléfono había quedado configurado correctamente. Ese día será viernes.

El ingeniero apagó entonces el terminal y extrajo la batería y la tarjeta SIM Movistar, que sustituyó por otra de la compañía Orange. Realizadas de nuevo las mismas comprobaciones, encendió el móvil. Y cuando se iluminó la pantalla, «el teléfono ha perdido la fecha establecida con anterioridad [...]. Se comprueba que la fecha por defecto propuesta por el teléfono es 01/01/2001 [...]. El teléfono también ha perdido la hora. El teléfono muestra la pantalla de espera con 00.00 Lun 01».

Además, el perito incluye en sus conclusiones un extracto de las instrucciones del Trium 110 en el que ya se advierte de que eso ocurriría.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / Vuelta al juzgado
Los análisis del 11-M fueron «aberrantes» y «negligentes»
JOAQUÍN MANSO
Madrid
Los peritos químicos independientes Antonio Iglesias y Carlos Romero Batallán, que participaron en los análisis de los explosivos ordenados por el tribunal del 11-M, declararon que los análisis realizados por la perito de los Tedax a las pocas horas de los atentados fueron «aberrantes» y «negligentes» por no especificar los «componentes genéricos» de la dinamita encontrada.

Los dos expertos fueron citados para refutar la tesis de Manzano de que los resultados de la pericia llevada a cabo tres años después de la matanza le dan la razón, porque sus resultados coincidirían en lo esencial con los análisis que él firmó el 11-M.

Iglesias y Romero señalaron que la actuación de la perito de los Tedax incumplió los protocolos básicos científicos al no redactar el informe analítico indicando los componentes y desechar la disolución con que se habían lavado las muestras, con el agravante de que los restos de las explosiones eran de ínfimo tamaño y no existía la posibilidad de obtener otras que no hubiesen sido lavadas.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / Vuelta a los juzgados
Las siete 'desapariciones' de Manzano
La Asociación de Ayuda del 11-M presenta la querella contra el comisario
MANUEL MARRACO
Madrid
La omisión del deber de perseguir delitos, el encubrimiento por ocultación de pruebas y el falso testimonio supuestamente cometidos por el jefe de los Tedax en el 11-M llevan desde ayer el sello de entrada en los juzgados de instrucción de Madrid.

La querella presentada por la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M contra el comisario Juan Jesús Sánchez Manzano y la perito química bajo su mando mantiene que la actuación de ambos «entorpeció» la investigación de la masacre y «ayudó de un modo eficaz a parte de sus autores»; además de forzar al tribunal que juzgó la masacre a estampar esta frase en su sentencia: «No se sabe con absoluta certeza la marca de la dinamita que explotó en los trenes».

El escrito de la asociación presidida por Ángeles Domínguez repasa la recogida de muestras relatada por los agentes Tedax en el juicio y la compara con lo que llegó a manos de los peritos oficiales designados por el tribunal. El resultado son siete desapariciones de las que responsabilizan a Manzano y la perito:

«1. En general, han desaparecido las piedras del andén, así como los algodones con agua y acetona que -según el inspector jefe con carnet profesional 28296- se recogieron en todos los trenes.

2. Las muestras que se han conservado de la estación de Atocha son sorprendentemente exiguas para la magnitud de los hechos (del foco número 1, por ejemplo, sólo se han conservado tres tornillos).

3. Han desaparecido todos los vestigios de uno de los focos de la calle de Téllez.

4. Del foco número 3 de Téllez han desaparecido todos los vestigios, a excepción de un mísero clavo.

5. Han desaparecido las muestras de arena, tierra, algodón, agua y acetona que el oficial Tedax con carnet 35.690 aseguró haber recogido en el tren de Téllez.

6. Han desaparecido las muestras de tierra que se tomaron del cráter de la explosión controlada de El Pozo, según aparece en la fotografía del folio 53.835 del tomo 145 del sumario del 11-M.

7. Han desaparecido las muestras de telas, material aislante y tierras que la perito 17.632 aseguró haber recibido en su laboratorio y analizado el día 11 de marzo por la mañana».

De haber contado con todo el material desde el principio, dice la querella, la Policía Científica habría podido analizarlo y detectar sustancias ajenas a la Goma 2 ECO supuestamente empleada, lo que hubiera permitido abrir nuevas vías de investigación. «Los querellados, con su labor de entorpecimiento de la investigación sobre los explosivos del 11-M, ayudaron de un modo eficaz a parte de sus autores (y, concretamente, a los que proporcionaron dinamita Titadyn para su comisión), impidiendo que ya desde marzo de 2004 se pudieran abrir las líneas de investigación pertinentes», afirma la querella. «Esa labor», añade, «continúa a día de hoy», ya que siguen sin aparecer los «kilos y kilos» de vestigios que una docena de tedax aseguraron ante el tribunal que habían recogido en los 12 focos de la masacre. La Asociación de Ayuda pide al juzgado que, tras admitir a trámite la querella, cite a declarar a varios de esos tedax.

Ésa y otras diligencias reclamadas por el letrado José María de Pablo buscan dar por probado que, en una primera fase, los querellados ocultaron a la Policía Científica los vestigios de las explosiones; que posteriormente hicieron desaparecer la inmensa mayoría de los vestigios y que, finalmente, faltaron a la verdad ante el tribunal del 11-M cuando intentaron justificar su actuación.

Visita previa a la Audiencia Nacional

Las 'desapariciones' llegadas ayer a los juzgados de Plaza de Castilla ya constan en la Audiencia Nacional. El pasado mes de marzo, en nombre de Gabriel Moris, víctima del 11-M y perito del tribunal, la abogada Manuela Rubio pidió la reapertura del sumario basándose en declaraciones de los 'Tedax' y elementos como la fotografía aquí reproducida, que demuestra la recogida de unos restos que nunca llegaron al juez. Sin dar nombres, también pidió al juez Eloy Velasco que buscara al responsable de la desaparición de tantos vestigios.

Jueves, 9 de julio de 2009. Año XXI. Número:7.143 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / Vuelta a los juzgados
La fiscal recurre la sentencia que liberó a 10 islamistas
La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha propuesto a la del Tribunal Supremo recurrir la sentencia por la llamada 'operación Tigris', que se saldó con la absolución de 10 de los 14 acusados de ayudar a huir a algunos autores del 11-M, al entender que el tribunal no valoró toda la prueba expuesta en el juicio.
En un informe remitido a la Fiscalía del Supremo al que ha tenido acceso Efe, la fiscal de la Audiencia Nacional Dolores Delgado cree que cabe recurrir en casación esta sentencia de la Sección Segunda de lo Penal, notificada el 12 de mayo, porque no está suficientemente «motivada» y adolece, por tanto, de «fallo corto o incongruencia omisiva».

Según la fiscal, el tribunal, que motivó su decisión de absolver a la mayor parte de los acusados en la ilegalidad de la intervención de correos electrónicos, y que reprochó a Delgado no haber «aportado pruebas relevantes», sino «meras afirmaciones, no ha tenido en cuenta la calificación alternativa de colaboración con organización terrorista que propuso para los acusados Bilal el Siti, Mustafá Mohamed Abdeselam y Abdelmalik Abselam Amak.

En el domicilio de los tres se hallaron armas, municiones, pasamontañas, grilletes y una cinta magnetofónica en la que se escuchan frases como «Oriente y Occidente tienen que saber que somos terroristas y que damos miedo, y hay que hacerles cualquier cosa que asuste. El terrorismo es un deber en la religión de Dios».

Todos estos elementos, prosigue la fiscal, «permitían cuanto menos establecer una calificación de colaboración al concretarse en la ocultación de armas y la comunión con 'yihadistas'».

«Lejos siquiera de analizar ese material probatorio desde la perspectiva de la colaboración terrorista, la Sala se limita a afirmar en los hechos probados que: 'No consta que los referidos formaran parte de ninguna organización'» terrorista y «guarda absoluto silencio sobre la alternativa jurídica de colaboración», lamenta Delgado.







25 mayo 2009

Bermúdez cambió en el último momento la sentencia del 11-M


 




 

 
OPINION
EDITORIAL
Una sentencia con freno y marcha atrás

POR SI FALTARA alguna prueba de la trascendencia del informe Iglesias que mañana mismo aparecerá en las librerías, el vicedirector de EL MUNDO Casimiro García-Abadillo revela en el prólogo del libro que el juez Gómez Bermúdez estuvo a punto de proponer a sus compañeros una sentencia que hubiera sido muy acorde con las principales conclusiones de este químico: en los trenes no estalló Goma 2 ECO sino Titadyn y la Policía manipuló la investigación. Resulta que apenas una semana antes de la presentación pública de la sentencia, el a la vez presidente de la sala y ponente comunicó a un magistrado amigo suyo no sólo que quedarían absueltos los supuestos cerebros de la trama -como así ocurrió- sino que, además, Trashorras sólo sería condenado por tráfico de explosivos y habría deducción de testimonios contra mandos de los cuerpos de seguridad.
EL MUNDO conoció esta información y se comprometió a mantenerla en secreto hasta que se consumara, y así lo hizo. Ahora García-Abadillo ha reconstruido y corroborado los hechos con el interlocutor del juez. No hablamos, pues, a lomos de un mero rumor.
Es obvio que la absolución de Trashorras como autor de la masacre hubiera desmontado no sólo el tejado de la versión oficial, como pasó con los autores intelectuales, sino sus propios cimientos. Todo el edificio se hubiera desmoronado con estrépito y el comando de Leganés habría quedado flotando en el vacío, sin suministradores de explosivos conocidos. Si además uno o varios policías -el candidato más obvio era Sánchez Manzano- hubieran ido «caminito de Jerez» como el propio Bermúdez había pronosticado ante diversos testigos, el escándalo político habría sido mayúsculo y las circunstancias de la victoria del PSOE en el 2004 habría sido puesta en entredicho. ¿Por qué durante esa semana decisiva el juez Bermúdez primero echó el freno a esos afanes justicieros y luego dio marcha atrás en dos de sus tres propósitos? ¿Recibió presiones del Gobierno? ¿Tuvo en cuenta la precariedad de su recurrido puesto al frente de la Sala de lo Penal de la Audiencia? ¿Ponderó el efecto que una sentencia así habría tenido en la acogida al polémico libro de su esposa? La prueba de que, en todo caso, sus consideraciones fueron políticas está en el inaudito formato con que presentó la sentencia: enfatizando todo aquello que avalaba al Gobierno frente a las dudas y pesquisas de nuestro periódico y camuflando la propia absolución de los «cerebros».
Esta secuencia de acontecimientos adquiere ahora un gran relieve porque en definitiva viene a demostrar que Bermúdez, hombre sin duda perspicaz e inteligente, ya se dio cuenta de lo que Antonio Iglesias demuestra al repasar los análisis de los explosivos: que la química refutaba la versión de la «Goma 2 ECO y vale ya». Por eso se cubrió con la añagaza de que podía haber un segundo explosivo, fingiendo ignorar que en los trenes de lo que no había rastro era del primero.
Así las cosas, creemos que la Justicia debe darse una segunda oportunidad para averiguar lo que ocurrió el 11-M. Podría llegar a través de los flecos que aún investiga el juez Velasco, sucesor del nefasto Del Olmo -por ejemplo la detención en Marruecos del supuesto alquilador del piso de Leganés- pero nadie percibe el impulso suficiente en esa vía. Más factible sería que alguno de los condenados pidiera la revisión de la sentencia a partir de un hecho nuevo como el informe Iglesias o que las víctimas se querellaran contra el entonces jefe de los Tedax y otros policías. La memoria de los muertos y la dignidad de los vivos requieren que alguien levante en sede judicial el freno político que, según todos los indicios, Gómez Bermúdez aplicó sobre su inteligencia y su conciencia en octubre de 2007.


Lunes, 25 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.098.
ESPAÑA
11-M, LA INVESTIGACIÓN / Nuevas revelaciones
Bermúdez cambió en el último momento la sentencia del 11-M
Una semana antes de notificarla dijo a un magistrado que sólo condenaría a Trashorras por tráfico de explosivos y que iba a deducir testimonio contra mandos policiales
Madrid
El revés que para la versión oficial del 11-M supuso la sentencia de la Audiencia Nacional estuvo a punto de resultar, en realidad, un cataclismo. Una semana antes de hacer público el fallo, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, rectificó dos elementos esenciales que hubieran hecho tambalear la versión presentada por la Fiscalía.
A finales de octubre de 2007, el presidente de la Sala de lo Penal transmitió confidencialmente a un magistrado tres aspectos clave del fallo referidos a la autoría intelectual, los explosivos y la posible responsabilidad penal de algunos funcionarios. Pero lo que salió adelante fue un plan B donde sólo sobrevivió la ausencia de autores intelectuales.
Por el contrario, un minero asturiano y su explosivo cargaron con los muertos del 11-M y ningún miembro de las Fuerzas de Seguridad tuvo que afrontar investigación alguna.
Las confidencias incumplidas del presidente del tribunal constan en Titadyn (La Esfera de los Libros), en el que el vicedirector de este diario, Casimiro García-Abadillo, prologa el macroinforme sobre los explosivos del 11-M elaborado por uno de los peritos que actuó para el tribunal, el químico Antonio Iglesias.
«Una semana antes de que se comunicara públicamente la sentencia, Gómez Bermúdez le transmitió confidencialmente a un magistrado tres conclusiones de la misma: 1. No se establecería la autoría intelectual del atentado, en contra de lo que sostenía la Fiscalía. 2. Habría deducciones de testimonio para algunos mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. 3. El minero Suárez Trashorras no sería condenado como responsable de los atentados, sino sólo por tráfico de explosivos».
«Esta información», prosigue, «se la hizo llegar al director de EL MUNDO una tercera persona, que nos pidió mantenerla en secreto hasta el día 31 de octubre. Así lo hicimos. Posteriormente yo mismo he tenido la ocasión de comprobar con la fuente que, en efecto, ésa era la intención del ponente a tan sólo una semana de hacer pública la sentencia».
Sin embargo, sólo uno de esos puntos, el de los autores intelectuales, sobrevivió a las intensas jornadas que precedieron a la presentación pública de la sentencia. Las otras dos no se cumplieron. Lo cierto es que si hubieran recibido la rúbrica del tribunal -completado por Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás-, el revolcón a la teoría mantenida por el Ministerio Público habría sido mayúsculo.
«Al menos dos de esas conclusiones (la segunda y la tercera), que hubiesen supuesto un varapalo fundamental para el escrito de conclusiones de la Fiscalía y que habrían puesto en tela de juicio la labor de investigación de destacados mandos policiales, tenían que ver con los explosivos».
«Si el explosivo utilizado por los terroristas no queda demostrado que fuera Goma 2 ECO, el papel de Suárez Trashorras quedaba reducido al de mero proveedor del mismo a la banda de El Chino. Eso habría permitido su condena por tráfico y no por asesinato múltiple».
En cuanto a las deducciones de testimonio, el propio desarrollo del juicio pareció hacerlas inevitables. Sin embargo, el tribunal hizo mutis por el Supremo y se las sacudió de encima alegando que antes de ponerse a ello hacía falta esperar a ver qué daba por probado el Alto Tribunal. El Supremo se pronunció, pero el tribunal de la Audiencia Nacional no volvió a hacerlo.
Las víctimas, decepcionadas, han recordado en muchas ocasiones que Gómez Bermúdez les había asegurado que algunos testigos irían «caminito de Jerez». Es decir, procesar a destacados mandos por delitos como falsedad en documento público, falso testimonio, ocultación o manipulación de pruebas, etcétera. «Yo mismo he oído al juez Gómez Bermúdez pronunciar esa frase y no me cabe ninguna duda de que ésa era su voluntad», añade García-Abadillo en Titadyn. La lista de nombres tenía claros candidatos: el ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano; la químico que hizo los primeros análisis; el coronel de la UCO Félix Hernando y el subordinado que era el contacto del confidente Zouhier; el jefe de la UCAO, Domingo Castaño, y el instructor de las diligencias policiales sobre el 11-M. Así lo reclamaban las acusaciones.
Pero hubo sentencia y no hubo nada. Emilio Suárez Trashorras y su explosivo asturiano se llevaron 40.000 años de prisión y ningún mando policial encontró su nombre en el fallo.
Entonces, ¿qué pasó? García-Abadillo ofrece dos explicaciones: la malévola y la probable. La primera sostiene «que el Gobierno, primer interesado en una sentencia que se pareciera lo más posible a las conclusiones de la Fiscalía, le ofreciera algo relacionado con su carrera profesional. ¿Tal vez el apoyo ante nuevos recursos para arrebatarle la presidencia de la Sala de lo Penal? ¿Quizás la presidencia de la Audiencia? No creo que Gómez Bermúdez se haya dejado comprar tan burdamente, a pesar de que su esposa, Elisa Beni, en su libro La soledad del juzgador, deja entrever diversas presiones y mensajes más o menos sugerentes».
Sin embargo, la respuesta más verosímil es otra. «El juez, probablemente, actuó a sabiendas de que su sentencia, tal y como la redactó, sería bien recibida por el Gobierno. Gómez Bermúdez parece que mantuvo contactos con Rubalcaba, pero que su relación con él no era fluida. Sin embargo, sí lo era con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, con la que mantuvo diversas conversaciones. Beni, en el libro ya mencionado, cita un encendido halago de Fernández de la Vega a su marido».
En cualquier caso, ambas interpretaciones se desarrollan en el mismo escenario. «Es duro ir contra las tesis que han justificado lo injustificable. Era, en efecto, muy duro cuestionar un relato de los hechos que ha sustentado la verdad oficial sobre el 11-M, y habría sido aún más duro sentar en el banquillo a algunos de los que hicieron posible una compleja operación de encubrimiento sobre lo ocurrido».
El presidente del tribunal no sólo reculó en dos encrucijadas de la sentencia, sino que aprovechó la inercia de su presentación televisada para arremeter contra algunas de las informaciones publicadas en este diario. «Si la sentencia fue un jarro de agua fría para los que esperábamos un veredicto más acorde con el desarrollo de la vista oral, la presentación que hizo el propio Gómez Bermúdez de la misma fue una agresión injustificada y sin precedentes a un medio de comunicación (EL MUNDO), justo el que más había defendido la actuación del magistrado frente a los ataques de los que le veían demasiado remiso a aceptar el relato y las teorías creativas de la Fiscalía».
Esa inaudita presentación fue, además, cosecha exclusiva del propio Bermúdez: «El escrito que leyó el ponente ante los periodistas, en el que se daba una visión subjetiva y sesgada del fallo del tribunal, ni siquiera fue consensuado con los otros dos miembros de la Sala. Con posterioridad tuve la oportunidad de preguntarle a Alfonso Guevara si Gómez Bermúdez les había enseñado a él y a Fernando García Nicolás el escrito que leyó ante los medios. 'No. Para mí fue una sorpresa. Nos dijo que iba a leer unas conclusiones, pero no nos enseñó el escrito'».
Un magistrado que conoce bien al presidente de la Sala de lo Penal interpreta así lo ocurrido: «'Lo que hizo con su incomprensible presentación pública fue buscar el apoyo de los medios que él sabía que iban a aplaudir las críticas implícitas a EL MUNDO para que no le machacaran a él por una sentencia incómoda para las tesis oficiales. De alguna forma, utilizó a EL MUNDO como parapeto frente a esas críticas'».
Contando con el margen de discrecionalidad que proporciona el derecho, otra persona que lo conoce bien considera que el magistrado actuó «teniendo en cuenta sus intereses». «Es decir, no creo que hiciera nada que él creyera contrario a sus convicciones, pero pensó en la repercusión de la sentencia y actuó en consecuencia», añade.
El caso es que el resultado de lo sucedido en aquel final de octubre fue que «el hombre que había despertado las mayores expectativas respecto al conocimiento de la verdad sobre el 11-M no sólo avaló una sentencia que traicionaba su propio criterio (expresado, como ya se ha dicho, días antes de manera confidencial), sino que utilizaba el día de su presentación para atacar al medio que más había trabajado para aportar nuevos datos a la investigación».
Con ser llamativo, la repercusión sobre el trabajo de este periódico no era lo más relevante. «Con su cambio de posición, Gómez Bermúdez no sólo traicionó a los que esperábamos una actitud más valiente: ha dejado a las víctimas sin amparo en su justo deseo de conocer la verdad y, sobre todo, se ha traicionado a sí mismo».
Es ahí donde adquiere su sentido la decisión del perito Antonio Iglesias de revisar todos los datos y análisis reunidos en los tres meses y medio de macropericial. «Abre una nueva esperanza para conocer la verdad. Utilizo las propias palabras de Gómez Bermúdez recogidas en una reveladora entrevista que le hizo Esther Esteban en octubre de 2006: 'Todavía hay algún asunto del GAL coleando. Y lo mismo ocurrirá con el 11-M. Siempre que aparezca un hecho nuevo, con independencia de que aparezca antes, durante o después del juicio, se podrá abrir una nueva investigación. Ése es el sistema procesal español. Estoy seguro de que se descubrirá la verdad, se tarden más o menos años'. Que así sea».
Búsqueda genuina de la verdad
El malabarismo final con el quita y pon de la sentencia llegó tras 57 jornadas de juicio que merecieron el elogios unánimes para el presidente. «Gómez Bermúdez actuó desde el principio como un auténtico director de orquesta», afirma García-Abadillo en 'Titadyn'. «Dio muestras de conocerse el sumario mejor que nadie. Manejó con autoridad los interrogatorios. Cortó a la fiscal Sánchez cuando creyó que se estaba sobrepasando, generando momentos de gran tensión en la sala, siempre atestada de gente».
Al menos en esa fase de juicio oral -antes de ponerse a rumiar todas las teclas de la sentencia y lo que desataría cada una de ellas-, la intención parecía encomiable. «Creo honestamente que Gómez Bermúdez llevó a cabo una labor difícil de superar durante la vista oral. No es nada fácil mantenerse siempre atento a todo durante muchas horas y días seguidos, sin perder la calma, sabiendo mantenerse siempre en su sitio, sin abusos, sin perder la compostura. Y creo que su forma de dirigir la vista oral implicaba un deseo genuino de saber la verdad, dentro de los límites lógicos en los que se podía mover y que venían marcados por un sumario lleno de lagunas».
Todo ello, además, en unas circunstancias que nunca se habían producido. Fue un juicio televisado durante el que Gómez Bermúdez estuvo abierto a hablar con todos los medios, incluidos los que poco antes habían arremetido contra él por sugerir que podía haber una sentencia «abierta». «Estábamos ante un comportamiento insólito. Ciertamente, con habilidad y saber hacer, Gómez Bermúdez se convirtió en una estrella mucho más luminosa que el hasta entonces único astro de nuestro universo judicial, Baltasar Garzón».
Un cargo tambaleante
Gómez Bermúdez llegó al primer día de juicio del 11-M con su cargo «en precario», como recuerda García-Abadillo. Sobre su nombramiento como presidente de la Sala de lo Penal pendía la amenaza de una nueva anulación -para entonces ya llevaba dos-, que sin bien no hubiera afectado al juicio sí hubiera creado una situación delicada. De hecho, Gómez Bermúdez presidió el tribunal del 11-M sencillamente porque él mismo, como presidente de la Sala, quiso hacerlo, y no porque le correspondiera.
El libro de su esposa recoge una protesta al respecto. «¿Y no se podrá, alguna vez, trabajar rodeado de la serenidad necesaria? ¿No será posible...?», dijo cuando supo en mayo de 2007, en pleno juicio, que el fiscal apoyaba la anulación de su nombramiento.
La primera anulación fue consecuencia del recurso de otro candidato de la Audiencia, el magistrado José Ricardo de Prada. La segunda se debió a un recurso presentado por su también compañero de sede judicial Baltasar Garzón, que aspiraba al puesto. El tercer nombramiento volvió a ser recurrido por De Prada por dos vías, una de las cuales contó con el apoyo fiscal. El ciclo de nombramiento-recurso sólo se cerró en enero de 2008, cuando ya se había dictado la sentencia del 11-M.


Lunes, 25 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.098.
ESPAÑA
11-M, LA INVESTIGACIÓN / Nuevas revelaciones



Bofetada a jueces y víctimas
El libro de la esposa de Bermúdez recibió reproches unánimes
Madrid
Para asombro de todos, tres semanas después de la sentencia sobre la masacre vio la luz un libro sobre el juicio escrito por la propia esposa del presidente, Elisa Beni. La soledad del juzgador (Temas de Hoy) no recibió ningún elogio y sí un aluvión de críticas del mundo judicial y de las propias víctimas.
La respuesta más dura al presidente del tribunal llegó de quien durante todo el juicio estuvo sentado a su diestra. El magistrado Alfonso Guevara consideró que Gómez Bermúdez había actuado con «deslealtad como amigo, como compañero y como presidente» y calificó de «lacerantes» algunos comentarios del libro, de cuya preparación no había tenido noticia. No era el único magistrado que salía perdiendo en comparación con la más acertada actuación del esposo de la autora. La lista de damnificados incluía igualmente a Juan del Olmo, instructor del 11-M, y Baltasar Garzón, rival de Bermúdez a la Presidencia de la Sala.
Sólo dos de los 18 compañeros de Gómez Bermúdez en la Sala de lo Penal aceptaron la invitación del presidente para asistir a la presentación del libro, celebrada en un ambiente de funeral. Unos días después, en una reunión del Pleno, los magistrados de la Audiencia Nacional también mostraron su disconformidad con la obra. De acuerdo con fuentes judiciales, el propio presidente de la Audiencia, Carlos Dívar, lamentó el daño que la obra podía hacer a la imagen del tribunal.
A todo ello se sumó la protesta de las víctimas, encabezada por Pilar Manjón, que amenazó con una denuncia contra Bermúdez. También el CGPJ llegó a estudiar si el contenido del libro suponía que el presidente del tribunal había cometido alguna irregularidad.
La última mala noticia sobre el libro llegó el pasado febrero. Un juzgado de Madrid condenó a Beni por intromisión en el derecho al honor de un abogado del 11-M y ordenó rectificar dos capítulos de la obra. Anteriormente, la publicación ya le había costado a Beni su despido como jefa de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Domingo, 24 de mayo de 2009.
ESPAÑA

EL MARTES SE PUBLICA EL LIBRO CON LAS CONCLUSIONES DEL QUÍMICO ANTONIO IGLESIAS
El informe que debería reabrir el caso del 11-M

POR CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO
Conocí a Antonio Iglesias (Madrid, 1940) en la primavera de 2007, cuando el autor del informe que tienen en sus manos ya había concluido su trabajo como perito para el tribunal que juzgó el atentado terrorista del 11-M. Desde el primer momento me llamó la atención su manera pausada de hablar, su precisión en el lenguaje y, sobre todo, su prudencia a la hora de emitir juicios de valor. [...] Un año después de que se emitiera la sentencia, en el otoño de 2008, durante el curso de un almuerzo, Iglesias me comentó que estaba a punto de concluir un trabajo al que había dedicado casi un año y que suponía una revisión del informe que en su día se presentó ante el tribunal.
Las andanzas del ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano dejaron muchas abolladuras en el sumario del 11-M y condenaron al tribunal a lo inevitable: ordenar una nueva pericial. Las cosas no mejoraron. Los cuatro expertos oficiales se mostraron más dispuestos a proteger la versión oficial que a asumir con asepsia científica los sorprendentes datos que iban surgiendo. Lo sucedido levantó tantas suspicacias entre los cuatro peritos independientes que uno de ellos, Antonio Iglesias, decidió repasar con sosiego todo el material llegado a la pericia y volcarlo en un nuevo macroinforme. Ese trabajo ve este martes la luz en 'Titadyn' (La Esfera de los Libros), que se abre con un extenso prólogo en el que el vicedirector de EL MUNDO, Casimiro García-Abadillo, reconstruye el increíble itinerario político-científico-penal de la investigación ligada a los explosivos. Éste es un extracto de esas páginas.
No hay nada más obstinado que un hombre de ciencia. Iglesias había revisado una por una todas las pruebas que se llevaron a cabo en el laboratorio de la Policía Científica durante los más de cien días que duró la pericia ordenada por el tribunal.
Cuando le pregunté sobre los motivos que le habían llevado a indagar de nuevo en aquel arduo trabajo me contestó sin dudarlo: «Me gusta hacer las cosas con lógica, precisión y sosiego. La cantidad de irregularidades que se produjeron durante la realización de la prueba, así como las dificultades que tuvimos para exponer nuestro criterio durante la vista oral, me llevaron a ponerme manos a la obra. Era una obligación moral conmigo mismo, con la profesión química y, sobre todo, con las víctimas».
DOS NUEVAS CLAVES
[...] Posteriormente entraremos en profundidad en cada uno de los aspectos de esta investigación, pero como adelanto de lo que contiene este estudio científico, al que llamaremos Informe Iglesias, y que ha sido visado por el Colegio Oficial de Químicos de Madrid, resaltaré dos de sus más esclarecedoras conclusiones. La primera, que es «altamente probable» que al menos en el foco número 3 de la estación de El Pozo estallara Titadyn. En ningún caso en ese foco estalló Goma 2 ECO. La segunda, que las muestras M-2 (resto de explosivo hallado en la furgoneta Renault Kangoo) y M-3 (la muestra patrón de dinamita Goma 2 ECO utilizada para cotejo con la anterior) «provienen del mismo cartucho».
La primera de estas conclusiones (el «altamente probable», para un científico, significa estar en el umbral de la certeza absoluta) es de por sí lo suficientemente trascendental como para replantearse de forma completa el relato oficial de los hechos. [...]
La segunda de las conclusiones antes apuntada arroja luz sobre una sospecha latente durante todo el proceso: la comisaría de los Tedax, al mando de Juan Jesús Sánchez Manzano, pudo manipular las pruebas para orientar la investigación hacia un único explosivo y, por tanto, hacia una autoría concreta. [...]

MANZANO METE LA PATA
El asunto de los explosivos no habría despertado ninguna polémica si no hubiera sido por la torpeza del propio Sánchez Manzano. Efectivamente, el comisario jefe de los Tedax, en su comparecencia ante la Comisión de Investigación del 11-M, que tuvo lugar el 7 de julio de 2004, respondió: «He dicho que los restos de los focos de las explosiones llegan a la unidad a las 12.30; se inicia su análisis y se obtienen los primeros resultados en torno a las 14.00 horas [del 11 de marzo]. En algunos casos (en concreto en ocho de los 10 focos), no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas». [...]
Sin embargo, dos años más tarde, en julio de 2006, fue precisamente un miembro de los Tedax quien me llamó la atención sobre un detalle al que nadie había prestado atención:
[...] -¿Qué fue lo que estalló en los trenes?- volvió a la carga.
  • Goma 2 ECO, el explosivo que les vendió Suárez Trashorras -contesté con la misma seguridad que si me hubiese preguntado que si tras la noche viene el día.
  • Ah, o sea, que Goma 2 ECO. Pues mira en los informes de la Policía que están incorporados al sumario a ver si te aparece la nitroglicerina como un compuesto de la Goma 2 ECO. Si es así te invito a lo que quieras.- Y colgó.
Con la excitación propia de quien está a punto de descubrir un dato que podía dar un vuelco a la investigación me puse a revisar toda la documentación [...] En ninguno de los informes remitidos al juez instructor en el sumario 20/2004 se mencionada la nitroglicerina como compuesto de la Goma 2 ECO.
[...] El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, mantuvo por aquellos días varias conversaciones con el director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez, en las que intentó excusar al jefe de los Tedax, al que definió como «un buen profesional al que no nombramos nosotros, sino el PP». «Fue una confusión -argumentó el ministro-. Mira, yo que soy químico te puedo decir que es fácil confundirse, sobre todo con un compuesto que forma parte de las dinamitas. No le deis más vueltas».
[...] Sánchez Manzano acudió a declarar ante Del Olmo. ¿Qué le dijo nuestro comisario jefe al juez? [...] Por un lado, Manzano dice que confundió dinamita con nitroglicerina y, por otro, afirma que al comparecer en la Comisión del 11-M no se refirió a dicho atentado, sino a «cualquier atentado». [...]
Mi fuente, un Tedax de gran experiencia, había logrado su objetivo. No sólo nos había puesto sobre una pista que hacía tambalearse lo que hasta esa fecha era una verdad incontestable (que los terroristas habían utilizado Goma 2 ECO), sino que nos orientó hacia las inauditas circunstancias en las que se había producido la investigación sobre un elemento fundamental: el arma del delito.
LA TUMBA DE ACEBES
El 11 de marzo, el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, convocó en la sede del Ministerio una reunión de toda la cúpula policial antiterrorista [...] Se debatió en profundidad sobre la posible autoría del atentado. Los máximos responsables de los cuerpos de seguridad tenían muchas dudas. [...]
Sin embargo, poco antes de que concluyera la reunión, sobre las dos de la tarde, Díaz Pintado recibió una llamada del comisario de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro Jaén, en la que éste le informó de que, según los Tedax, el tipo de explosivo utilizado por los terroristas era «Titadyn con cordón detonante». Decir Titadyn era como afirmar que la autoría era de ETA. [...]
Ese dato fue también el que llevó a Ángel Acebes a apuntar sin duda como responsable a ETA en una rueda de prensa que se celebró sobre las tres de la tarde del 11 de marzo.
[...] A las cinco de la tarde, antes de dar comienzo una nueva reunión de los mandos policiales en el despacho de Díaz de Mera, Santiago Cuadro le dijo a Díaz Pintado que el explosivo utilizado era una dinamita, no Titadyn. El subdirector operativo de la Policía montó en cólera, porque esa información era justo lo contrario de lo que le había dicho unas horas antes. [...] Lo más increíble de todo es que quien le había dado esa información a Cuadro Jaén no era otro que Sánchez Manzano, el mismo que le había transmitido, según Díaz Pintado, que el explosivo era «Titadyn con cordón detonante» justo tres horas antes.
EMBARGO INFORMATIVO
A las cinco de la tarde, Sánchez Manzano remitió al laboratorio de la Policía Científica tres muestras para analizar: la M-1 (el polvo de extintor); la M-2 (el resto de explosivo hallado en la Kangoo) y la M-3 (una supuesta muestra patrón de Goma 2 ECO). Según la propia versión de Manzano ante el juez instructor y ante el tribunal, con los primeros análisis, los que se hicieron en el laboratorio de los Tedax entre el mediodía y las dos de la tarde, no se había podido determinar el tipo de dinamita. [...]
Los técnicos de la Policía Científica no concluyeron sus análisis sobre las tres muestras hasta las siete de la tarde. De forma inaudita, el comisario jefe de la Policía Científica, Carlos Corrales, que tuvo los resultados en sus manos desde las siete de la tarde, no permitió que se remitieran al ministro hasta las diez de la noche. Es decir, durante tres horas Corrales supo que el explosivo de la Kangoo era Goma 2 ECO (con el añadido de la metenamina) y no permitió que la información siguiera los cauces reglamentarios.
A las ocho y cuarto de la tarde Acebes dio una nueva rueda de prensa en la que informó sobre el hallazgo de la Renault Kangoo y en la que volvió a insistir en que, según la Policía, el explosivo utilizado por los terroristas era el «habitualmente usado por ETA». ¿Informó Corrales a alguien del resultado de los análisis de los explosivos entre las siete y las diez? Desde luego, a Acebes parece que no.
El caso es que no fue hasta las diez de la noche, hora a la que Corrales autorizó que el resultado de los análisis de la Policía Científica se transmitiera al Ministerio del Interior, cuando se descartó definitivamente el Titadyn y se dio por hecho que el explosivo utilizado había sido Goma 2 ECO: La tesis de la autoría de ETA, mantenida por el Gobierno, comenzaba a desinflarse.
¿Chapuza u ocultación de pruebas?
El comisario Sánchez Manzano hizo los primeros análisis del 11-M y acabó destituido
Mi fuente en los Tedax nos había situado sobre una pista de mucho recorrido. De repente, los explosivos se convirtieron en el aspecto más interesante de la investigación periodística sobre el atentado. [...]
Sánchez Manzano había remitido dos informes sobre explosivos al juez Del Olmo. El primero, con fecha 12 de marzo, incluía los análisis de la Policía Científica correspondientes a la M-1, la M-2, la M-3 y la M-4. Como recordarán, en la madrugada del día 12 de marzo se había desactivado la mochila de Vallecas, cuyo contenido también examinaron los peritos de la Policía Científica (esa muestra es la M-4). Los componentes eran los de la Goma 2 ECO, pero sin metenamina, claro. Y así lo hicieron constar los peritos de la Policía Científica en su informe. Uno de los peritos que participó en dichos análisis me confesó posteriormente: «El explosivo de la Kangoo, de la muestra patrón y el de la mochila de Vallecas eran diferentes. Saltaba a la vista».
Para que todo cuadrase, en el informe que remitió al juez, Sánchez Manzano introdujo el componente metenamina también en el explosivo de la bolsa de Vallecas. De esa forma llevó al juez Del Olmo a cometer un error de bulto. Sin embargo, Sánchez Manzano no se molestó en sacarle de su error. Al fin y al cabo, debió de pensar, ¿quién se iba a poner a investigar cuáles eran los componentes de la Goma 2 ECO?
PILLADO
El malentendido no se corrigió hasta el mes de abril del año siguiente. Y fue por casualidad. [La juez Teresa Palacios] remitió al juez Del Olmo un escrito en el que, a petición de la Guardia Civil, le solicitaba que indicara «si en todas las muestras obtenidas [...] se ha localizado la sustancia conocida como metenamina». Esta pregunta, realizada por los expertos de la Guardia Civil, era un aldabonazo a la credibilidad del comisario jefe de los Tedax [...].
La contestación que dio Sánchez Manzano al juez [...] nos hizo comprobar, una vez más, la inagotable capacidad creativa del jefe de los Tedax. Sánchez Manzano atribuyó a «un error de transcripción» la mención de la metenamina como componente del explosivo recuperado en la comisaría de Puente de Vallecas. Respecto a la presencia de la misma sustancia entre los restos del papel parafinado de la Kangoo y en la muestra patrón de Goma 2 ECO, la justificación que dio fue la «contaminación».
NADA EN LOS FOCOS
Con ser escandalosa la manipulación de los informes y las justificaciones ideadas por el jefe de los Tedax, mi fuente insistía una y otra vez en otra cuestión: «la clave de la investigación está en el análisis de los focos de las explosiones», me advirtió [...].
Lo que descubrimos en ambos informes es que del análisis de los restos de 10 de los focos la perito químico de los Tedax sólo pudo determinar la existencia de «componentes de la dinamita», pero en los mismos no se mencionaba ninguno de ellos. [...] Insisto una vez más: el Titadyn y la Goma 2 ECO son dinamitas. ¿Cómo el jefe de los Tedax adivinó que se trataba de Goma 2 ECO? [...] Cuando lo hicimos público en EL MUNDO, nadie, ni químicos ni expertos en explosivos ni, por supuesto, nuestras fuentes en los Tedax, dieron crédito a esa afirmación imposible. No se puede afirmar que hay una sustancia sin conocer los componentes de la misma. Es así de sencillo. La lógica, a veces, es más útil que la verborrea pseudocientífica [...].
Mi amigo el Tedax, que utilizaba como correo un nombre que tiene que ver mucho con la investigación, pero que por razones obvias no puedo desvelar, dio un paso más y me sugirió por correo electrónico: «¿No os habéis preguntado por qué los análisis de los focos se hicieron en el laboratorio de los Tedax y no en el de la Policía Científica?». A veces me ponía furioso, porque yo estaba seguro de que él ya sabía las respuestas a sus preguntas. Sí, realmente era extraño.
[...] Les añadiré que el único laboratorio homologado oficialmente para realizar los análisis de los explosivos es el de la Policía Científica, no el de los Tedax.
[...] ¿Por qué Sánchez Manzano se guardó los restos de explosivo hallados en los focos de los trenes?
Durante su declaración ante el tribunal, que se produjo el 14 de marzo de 2007, [...] volvió a sorprender a la concurrencia con una nueva teoría: el laboratorio de los Tedax examinaba en exclusiva los «restos no pesables», mientras que el laboratorio de la Policía Científica se encargaba de analizar los «restos pesables». [...] Cuando compareció ante el tribunal el perito de la Policía Científica Manuel Escribano (que analizó las muestras el día 11 de marzo) y le preguntaron si se habían realizado análisis de restos de explosiones en su laboratorio, respondió que el 83% de los que él personalmente había llevado a cabo en más de 30 años de servicio se correspondían precisamente con lo que Sánchez Manzano llamaba restos no pesables. [...]
AHORA SÍ
Sin embargo, quedaba aún una duda ¿Se hizo algún informe por escrito? ¿Realmente no se pudo determinar ningún componente? La perito [...] dio otra gran sorpresa durante su declaración. [...] Ese día alguna luz le alumbró la mente porque, para asombro de todo el mundo, contestó: «Nitroglicol y nitrato amónico». Increíble. Tres años después del atentado, la perito de los Tedax confesaba que ella en sus análisis detectó esas sustancias que, como ustedes ya se imaginan, son tan componentes de la Goma 2 ECO como del Titadyn. [...]
LA CAÍDA
No sabemos cómo se debió de sentir Sánchez Manzano, después de haber asegurado por activa y por pasiva que era imposible saber qué componentes había en el explosivo [...]. Las informaciones que publicó EL MUNDO a partir de julio de 2006 y la consiguiente presión de todos los sindicatos policiales sin excepción, llevaron al comisario jefe de Información, Miguel Valverde, a destituirle de su cargo en diciembre de ese mismo año. Es decir, un par de meses antes de que comenzara la vista oral. Interior no se quería pillar los dedos con un tipo tan imaginativo como Sánchez Manzano.
Garzón señala a ETA y 'despista' a Del Olmo
Según una fuente de toda solvencia, el mismísimo juez Garzón estaba seguro de esa misma tesis [de que había sido ETA] hasta bien entrada la tarde del día 11. Por la mañana, según declaró ante la comisión de investigación parlamentaria, cuando se encontraba en la estación de Atocha, un oficial de los Tedax le dijo que el explosivo utilizado había sido Titadyn. A las 16.45 horas de ese mismo día, Garzón llamó por teléfono a Juan del Olmo, que ya se había hecho cargo de la investigación. Del Olmo se encontraba en esos momentos en uno de los pabellones de Ifema que fue utilizado para depositar los cadáveres. Garzón le aseguró al juez instructor que la autora de la matanza era ETA. Conociendo los contactos de Garzón con la Policía, esa afirmación era casi como una garantía de veracidad.
El mismo explosivo
Las páginas de 'Titadyn' recogen los análisis más relevantes de la pericial. La imagen de la izquierda ofrece el cromatograma de la muestra patrón de Titadyn, incautada a ETA dos semanas antes del 11-M. La de la derecha responde al mismo análisis de la muestra más importante de los focos, un polvo de extintor encontrado en El Pozo designado como M-1. De acuerdo con la opinión de los peritos independientes, la enorme similitud entre los elementos detectados -nitroglicol (EGDN), nitroglicerina (NG), dinotrotolueno (DNT) y ftalatos- apunta que estalló Titadyn, y no Goma 2 ECO, que carece de dos de esos elementos (nitroglicerina y DNT).

19 mayo 2009

Los 'convidados de piedra' de los análisis del 11-M

 
 
 
 






Lunes, 18 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.091.

OPINION

EDITORIAL


Los 'convidados de piedra' de los análisis del 11-M

LA ENTREVISTA que hoy publicamos con Antonio Iglesias, uno de los ocho expertos que participaron en la prueba pericial sobre explosivos ordenada por el tribunal del 11-M, es demoledora para la sentencia de la Audiencia Nacional refrendada por el Supremo. Los datos que este químico pone sobre la mesa indican que fue dictada sobre bases falsas y condicionada por una más que probable manipulación de la investigación.

Iglesias es contundente al afirmar que en las muestras recogidas en la estación de El Pozo «aparece el retrato robot del Titadyn». La sentencia da por hecho, en cambio, que estalló Goma 2 ECO basándose en el dibutilftalato presente en los análisis. Sin embargo, en contra de lo que afirma el texto de Gómez Bemúdez, este elemento no sirve como «diferenciador». De hecho, estaba en el Titadyn incautado a ETA en Cañaveras días antes de la masacre. Durante la pericial del 11-M se detectó su presencia, pero se camufló entonces bajo el nombre genérico de «ftalatos», por lo que al tribunal le pasó desapercibido un dato que podría haber cambiado la sentencia, al menos en lo que se refiere al papel de Trashorras y la trama asturiana. ¿Casualidad o manipulación? Es ahora cuando Iglesias ha comprobado que la referencia a los ftalatos escondía el dibutilftalato.

En contra de la tesis de que lo que estalló en los trenes fue Goma 2 ECO está el hecho incontrovertible de que en la estación de El Pozo apareció DNT, que no forma parte de ese explosivo. Iglesias lo presenta como un inesperado «convidado de piedra». Es muy revelador, a ese respecto, el episodio en el que narra la reacción airada del jefe de la pericia del 11-M, Alfonso Vega, contra los Tedax, cuando constata la presencia de DNT en los análisis. Su enfado se debió, probablemente, a que en ese instante cayó en la cuenta de que la Policía Científica había sido engañada por una unidad (los Tedax) a la que no correspondía el análisis de los explosivos.

Curiosamente, días después, en las instalaciones donde se custodiaban las pruebas, se produjo el apagón que desconectó las cámaras que garantizaban que nadie pudiera manipularlas. Y fue a partir de ese momento cuando comenzaron a aparecer trazas de DNT en las muestras de Goma 2 ECO que alimentaron la teoría de la contaminación, pese a que ninguno de los análisis anteriores las habían detectado. De nuevo, ¿casualidad o manipulación?

La reacción de desconcierto de Vega ante la aparición del DNT es parecida a la que manifestó cuando se conoció la presencia de otro «convidado de piedra» -la nitroglicerina- en los restos de polvo de extintor. Y es que la nitroglicerina tampoco forma parte de la Goma 2 ECO.

Los análisis de Iglesias llegan a otra elocuente conclusión. Merced a un estudio de granulometría, advierte que es «estadísticamente imposible» que la muestra patrón de dinamita que el jefe de los Tedax ofreció a la Policía Científica proviniera de un cartucho distinto a aquel al que pertenecían los restos de explosivo que los agentes decían haber encontrado en la furgoneta Kangoo supuestamente utilizada por los islamistas. Eso apunta a la fabricación de una prueba falsa. Pero además, en todos los análisis de las dos muestras aparece lo que Iglesias presenta como un tercer «incómodo convidado de piedra»: metenamina, un compuesto que tampoco forma parte de la Goma 2 ECO y que, por lo tanto, no debía estar en ninguna de ambas.

Iglesias, que en sus explicaciones demuestra que el rigor científico no está reñido con la exposición didáctica, nos presenta así un documento esencial, de primera magnitud, que confirma las sospechas de manipulación no sólo durante la instrucción del 11-M, sino también durante la pericia ordenada por el tribunal. Esos «convidados de piedra», como en el Tenorio, parecen querer volver del pasado para recordar a los vivos que la justicia sigue siendo una asignatura pendiente. Su informe será publicado próximamente por La Esfera de los Libros para que cualquier ciudadano pueda consultarlo.


Lunes, 18 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.091.

ESPAÑA

11-M / La investigación / ANTONIO IGLESIAS /Químico, perito en el juicio del 11-M

«Apareció el retrato robot del Titadyn»

El experto químico ha revisado todos los análisis que se hicieron a los explosivos del 11-M y ha encontrado nuevos datos que rebaten la tesis mantenida por la sentencia y apuntan a que no fue Goma 2 ECO sino otro el explosivo empleado en la masacre

MANUEL MARRACO
Madrid

Antonio Iglesias dejó de trabajar «contrarreloj» hace ahora dos años, cuando, en San Isidro de 2007, concluyó la pericial sobre explosivos ordenada por el tribunal del 11-M. A partir de ese momento, ya con calma, comenzó otro encargo que sólo él se había hecho, impulsado por la «insatisfacción comprimida» que le habían dejado las prisas con las que los ocho expertos reunidos por la Audiencia Nacional habían tenido que trabajar.

Iglesias empezó a revisar todos los análisis y a replantearse los puntos en los que los cuatro peritos independientes no habían llegado a un acuerdo con los dos de la Policía y los dos de la Guardia Civil. Esas diferencias eran lo que Iglesias describe como «discrepancias sin red», porque con ellas no se buscaban cosas rutinarias de la química, como la calidad de un agua, sino la causa de muerte de 192 personas. El resultado ha sido un macroinforme visado en el Colegio de Químicos de Madrid que cuestiona la conclusión principal de la sentencia y que en breve verá la luz en La Esfera de los Libros.

Pregunta.- La vía para determinarlo ha resultado muy enrevesada, pero la pregunta a la que respondía era simple: ¿qué estalló en los trenes?

Respuesta.- En el foco que mejor se pudo analizar, en la estación de El Pozo, es altamente probable que Titadyn. Aparecen todos los componentes, aparece el retrato robot del Titadyn, que para eso se hacen las analíticas.

P.- Lo cierto es que los magistrados dejan abierta una puerta a que se empleara otro explosivo, pero centran el relato y las condenas en la Goma 2 ECO robada en Asturias. Su informe vierte muchas críticas a la parte de la resolución que afecta a los explosivos.

R.- La sentencia, con todos los respetos, tiene muchas lagunas, aunque entiendo la dificultad de los jueces para moverse por el campo de la química analítica. Dice con una rotundidad demoledora que, en todos los focos, como se había detectado dibutilftalato, ajeno al Titadyn, estalló Goma 2 ECO. En cambio, ignora la presencia también en todos los focos de dinitrotolueno (DNT), que no forma parte de ese explosivo. Eso hay que decirlo ahí, señor juez. Tampoco dice nada de que los Tedax lavaran las muestras y no guardaran el material, pese a que cualquier estudiante de laboratorio sabe que hay que hacerlo.

P.- Al margen de lo que se pueda reprochar a la sentencia, usted aporta datos nuevos y relevantes que el tribunal no pudo tener en cuenta al redactarla. Por ejemplo, que en el Titadyn incautado a ETA en Cañaveras sí había dibutilftalato, pese a que su teórica ausencia llevó al tribunal a inclinarse por la Goma 2 ECO, que sí lo tenía.

R.- El análisis que habíamos hecho a ese Titadyn lo había visto 20 veces y no me había fijado, pero un día me fijo y pienso: 'Esto que han marcado aquí de modo tan genérico como ftalatos corresponde a lo que en la base de datos toda la vida hemos estado llamando dibutilftalato'. Era un hallazgo trascendente. El hecho de que no nos diéramos cuenta obedece a que el perito guardia civil que hizo el análisis se contentó con poner el genérico «ftalatos».


El jefe de la pericia, el policía Alfonso Vega, ya había reconocido que el dibutilftalato no es diferenciador con margen de confianza suficiente para atribuirlo a la Goma 2 ECO porque está presente en muchos plásticos y elementos de los trenes. Un día, discutiendo, Alfonso me dice: 'Mira, yo nunca diré que un compuesto es Goma 2 ECO sólo por el dibutilftalato'. Eso está registrado en las cámaras de vídeo y audio que Gómez Bermúdez había ordenado poner para la transparencia de la pericia. El remate viene cuando no sólo no es específico, sino que en la muestra de Titadyn aparece dibutilftalato.

P.- Entre la multitud de análisis de la pericia hay otros cuya revisión le lleva a afirmar que el resto de explosivo encontrado en la furgoneta de los terroristas y la muestra patrón de Goma 2 ECO entregada por el jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, provenían del mismo cartucho.

R.- Es una de esas cosas a las que no le das importancia hasta que dejas de jugar contrarreloj y dices: 'Voy a repasar todas las gráficas que hay'. Me di cuenta viendo fotos de la pericial. La dinamita contiene almidón y ese almidón tiene una granulación que se puede teñir. Vi la enorme similitud entre la muestra que dicen que apareció debajo del asiento del acompañante de la Kangoo y la llamada muestra patrón. Pensé que estadísticamente es imposible o extremadamente improbable que dos cartuchos diferentes tengan la misma granulometría. Esta técnica analítica es habitual en la Policía Científica precisamente para discriminar tipos de explosivo en base a su granulometría.

P.- ¿De ahí se debe deducir que tenían la misma procedencia?

R.- Es un indicio importante, pero es que hay otro: que de todos los análisis que se han hecho de las dos muestras ha salido un incómodo convidado de piedra, que es la metenamina, un compuesto que no forma parte de la Goma 2 ECO. Así que estamos ante dos muestras que tienen la misma granulometría y un mismo compuesto que no debería estar en ninguna de las dos. Esa conjunción de indicios autoriza a pensar en la procedencia común de las dos muestras.

P.- En su informe afirma que hallazgos como éstos apuntaban la falsedad de la prueba de la Kangoo y cuestionaban la validez del sumario.

R.- Es una coincidencia cuanto menos asombrosa, pero no soy quién para testimoniar que haya habido una irregularidad. Eso lo sabrá el que llevó las muestras a la Policía Científica, pero hay materia suficiente para pensar que las dos muestras forman parte del mismo cartucho o han estado juntas en el mismo lugar y al mismo tiempo.

P.- Estos dos hallazgos los ha hecho usted en la tranquilidad de su despacho. Hubo otros, en cambio, que se produjeron durante la pericial conjunta con los expertos oficiales y provocaron un gran sobresalto. El primero fue otro convidado de piedra, el dinitrotolueno (DNT), que era componente del Titadyn y no de la Goma 2 ECO en la que insistía la Fiscalía.

R.- La primera sorpresa aparece cuando analizábamos una muestra de los focos de explosión. Estábamos Andrés de la Rosa, de la Policía Científica, y yo. Nos quedamos un poco sorprendidos. Probamos varias veces y aquello decía DNT. Llamamos al director de la pericia y se lo dijimos. 'Ah, venga ya, estáis locos, ¡cómo va a haber DNT!', nos dijo. ¿Por qué decía esto, por qué su extrañeza? Porque había un dogma: que en los trenes había estallado Goma 2 ECO y vale ya, como alguien dijo. Y claro, la Goma 2 ECO no tiene DNT. A Alfonso le dio mucho yuyu admitirlo, y cuando no tuvo más narices que hacerlo, dice: 'Ahora sí que me voy a cagar en la madre que parió a los Tedax'. Lo recuerdo perfectamente, lo dijo el día que apareció el DNT y lo dijo delante de las cámaras.

P.- Al margen del desahogo con los Tedax, ¿cuál fue su reacción científica?

R.- Eso creó un revuelo enorme en el laboratorio. Alfonso Vega se lo contó a su superior, Miguel Ángel Santano. A la mañana siguiente nos reúne y nos dice: 'No creo que haya sido DNT de los focos de explosión, seguramente es de impurezas de la fábrica de la Goma 2 ECO'. Pero la fábrica dijo que había dejado de usar DNT en 1999, y las muestras que nos enviaron dieron negativo de esa sustancia.

Unos días después, el secretario judicial nos dice que tomemos nota de que, en la noche anterior, había habido un apagón en las instalaciones y la cámara había dejado de grabar. Uno es bueno y piensa que son cosas que pasan. Lo malo es cuando empiezas a atar cabos de cosas extrañas. Ya es raro que no hubiera un sistema para reiniciar el suministro eléctrico en la sede central de la Policía, pero es que empiezan a aparecer trazas de DNT en muestras de Goma 2 ECO. Y lo encontramos ahora, qué casualidad, después de no descubrirse en 2004, después de aparecer en los focos y después de un apagón...

P.- Hubo una segunda aparición. En la muestra mejor conservada, un resto de polvo de extintor, detectaron nitroglicerina, que de nuevo forma parte del Titadyn y no de la Goma 2 ECO. ¿Qué sucedió en este caso?

R.- Pues horror, horror. Gran desconcierto, sobre todo entre los peritos oficiales. El primer reflejo de Alfonso Vega es: 'Os habéis equivocado, no es posible, vamos a hacer pruebas'. Se repite en dos aparatos y vuelve a salir... Alfonso era reacio a admitir que era nitroglicerina, los peritos de la Guardia Civil lo aceptaban. Al final, Alfonso tuvo que admitirlo.

P.- Aunque no lo había pedido expresamente, el tribunal recibió noticia inmediata de ese hallazgo.

R.- Se lo comunicamos los peritos independientes. Así nos quedamos tranquilos, porque el juez ya no se podía escapar de eso. Vistas las sorpresas, los apagones, quién nos decía a nosotros que en Semana Santa, sin grabar las cámaras... te podías esperar cualquier cosa. Cundía ya un clima de suspicacia que lo creó Alfonso Vega, él sabrá bajo órdenes de quién.

P.- Después de varios meses metido en una pericial tan densa y con tantos sobresaltos, ¿qué le llevó a seguir adelante?

R.- Una insatisfacción comprimida. Ya sabemos que los explosivos son tanto más eficaces cuanto más comprimidos están, y yo estaba muy comprimido con esto. Empecé a escribir a los pocos días. Sometí todo a autocrítica, repasé las características de los explosivos y los experimentos que hicimos. A finales de 2008, lo sometí al visado del Colegio de Químicos, que supone el reconocimiento y apoyo institucional a la profesionalidad del autor. Además, lo sometí al juicio de los otros tres expertos independientes que habían participado en la pericia del tribunal. Recuerdo que hubo asombro y mostraron su acuerdo y disposición a respaldar el escrito. Lo que cuenta es la novedad, el análisis del Titadyn en el que aparece el dibutilftalato y las microfotografías con los gránulos de almidón. Eso está al alcance de todo químico que haya abierto el dictamen y lo haya visto.

P.- ¿Queda algo relevante por investigar?

R.- Esto ya tiene un tratamiento jurídico...

P.- Desde el punto de vista científico.

R.- Vamos a ser prácticos. Reanalizar las muestras está sometido a la incertidumbre de una cadena de custodia que ha dejado bastante que desear cuando los Tedax lavan las muestras, cuando misteriosamente se apaga la luz, cuando aparecen sin saber cómo trazas de DNT y nitroglicerina en muestras que ya se habían analizado... Yo ya no sé qué puede aparecer en lo que quedó allí. Analíticamente tampoco creo que tenga gran valor, porque, después de cinco años, el estado de las muestras se habrá deteriorado y cada vez tendrán más limitaciones en cuanto a la calidad.

P.- ¿Y usted sigue revisando algún punto?

R.- Sí, pero mejor no adelantar acontecimientos.

TENSIONES ENTRE LOS PERITOS

«La Guardia Civil no tragaba con la contaminación ambiental»

Pregunta.- La fase final de la pericial evidenció que ni siquiera había acuerdo entre los expertos de la Guardia Civil y los de la Policía.

Respuesta.- A pocos días de que venciera el plazo de entrega del informe al tribunal, tuvimos una reunión con muchas discrepancias. No habíamos llegado a un acuerdo. Para facilitar la redacción del informe, el guardia civil Carlos Atoche nos dice a Gabriel Moris [perito por parte de la AVT] y a mí: '¿Qué os parece si consensuamos un dictamen?'. A mí, consensuar me suena un poco chungo. En la ciencia no se consensúa, se marcan evidencias. '¿Qué quieres decir con consensuar?', pregunté. 'Hombre, nosotros sí estamos de acuerdo en que el DNT es de un explosivo [lo que exigía otro explosivo además de la Goma 2 ECO] y no estamos de acuerdo con lo que habla Alfonso [Vega] de la contaminación'. Yo le dije que no podíamos llegar a un acuerdo porque no creía en su explicación sobre la metenamina.

Ese mismo día, cuando regresamos al Laboratorio de la Policía Científica, oímos un ambiente alterado en la sala de al lado, la de Miguel Ángel Santano. Se oían voces, digamos, de discrepancia. Luego llegan Atoche y Vega discutiendo entre ellos. Ya se había marcado entre los peritos oficiales dos escuelas, los propugnadores de la contaminación ambiental y los de la Guardia Civil, que no tragaban con eso.

P.- La mayor coincidencia inicial de la Guardia Civil con los expertos independientes no duró hasta el juicio.

R.- Al final, en el juicio, nos extrañó mucho el cambio radical de actitud de la Guardia Civil. Vi que no había posibilidad de diálogo con quienes, aparte de su competencia profesional, tienen una serie de obligaciones de la cadena de mando que al final han pesado de modo decisivo en sus argumentaciones. Aquello había acabado como el rosario de la aurora.

P.- La razón principal era que, al igual que no admitía la teoría de la contaminación con la que la Policía quiso explicar la aparición de lo que no formaba parte de la Goma 2 ECO, tampoco aceptaba cómo la Guardia Civil explicaba que apareciese la metenamina donde no debía haberla.

R.- Mantenían que se generaba en el cromatógrafo de gases en determinadas circunstancias. En realidad, si aceptáramos la teoría a efectos dialécticos, el que se generara en la muestra de la Kangoo y la muestra patrón, y no en algunas otras muestras, es otro indicio de que tienen un origen común. Con más humor, Gabriel Moris le dijo irónicamente a Atoche: '¡Carlos, te felicito, porque has descubierto un método de fabricación de metenamina!'.


Martes, 19 de mayo de 2009. Año XXI. Número:7.092. EDICIÓN: MADRID

ESPAÑA

CARLOS ROMERO BATALLÁN Químico, perito en el 11-M 

«El policía jefe de la pericia nos quiso tomar el pelo»

Este experto químico respalda las conclusiones de su compañero de pericia en el 11-M Antonio Iglesias. Apunta a que estalló Titadyn y denuncia el sospechoso empeño de los peritos oficiales en apuntalar la versión del fiscal

MANUEL MARRACO
Madrid


«Suscribo totalmente lo que dice Antonio Iglesias y ya se lo he comunicado al Colegio de Químicos». Carlos Romero Batallán estuvo en la pericial de explosivos del 11-M, y hoy, como entonces, coincide con su colega Iglesias al señalar al Titadyn como principal sospechoso. Antes de presentar el macroinforme con la revisión de todos los análisis, Iglesias expuso su trabajo a los otros tres peritos independientes que durante tres meses y medio se encerraron en un laboratorio con dos miembros de la Policía Científica y dos guardias civiles para corroborar o refutar la versión oficial.


Pregunta.- ¿Cuál es su impresión sobre el informe de su compañero de pericia?

Respuesta.- Nos informó de lo que ha hecho y de las conclusiones a las que ha llegado y lo suscribo en su totalidad. Hablé con el decano del Colegio de Químicos apoyando a mi compañero. El informe esta ahí, se puede analizar y cualquiera lo puede leer y extraer sus conclusiones.

P.- Pese a lo que los cuatro peritos independientes indicaron en el informe final, el tribunal se inclinó por la versión oficial de que había estallado Goma 2 ECO y no Titadyn.

R.- Nosotros no pudimos llegar a la conclusión tajante de que fue Titadyn porque no teníamos material suficiente. Nos sorprendió llegar a una pericia de tres pares de bigotes con unas muestras que eran de risa. Sólo disponíamos de una muestra de los focos buena, no lavada por los Tedax. Si hubiera encontrado otras dos muestras similares, si las aguas de lavado de las muestras no hubieran desaparecido y si los trenes no se hubieran fundido, hubiéramos encontrado más cosas. Pero sólo había esa muestra sin lavar. El lavado es una técnica normal, pero hay que guardar el agua porque es la prueba del delito. Si la tiras, los que vengan detrás no encuentran nada, que es lo que nos paso a nosotros.

P.- Las aparición de elementos ajenos a la Goma 2 ECO y presentes en el Titadyn provocó tensiones entre los peritos oficiales y ustedes, principalmente con el jefe de la pericia, Alfonso Vega, de la Policía Científica.

R.- Yo le dije a Alfonso que le reprobaba químicamente. Nos tomó el pelo. Hay cosas que son evidentes, nos quisieron tomar el pelo descaradamente. Está todo grabado. Hay que comprobar ahora que todo eso no lo hayan camuflado. En las grabaciones se ven todas las discusiones técnicas de la pericia, cómo nos han querido tomar el pelo y no nos hemos dejado, cómo irrumpe en la pericia gente que no tenía nada que ver con ella. Se ve todo lo que hemos padecido durante tres largos meses.

P.- Durante el juicio, usted insistió en la similitud entre el análisis de lo encontrado en esa muestra no lavada y el análisis del Titadyn intacto.

R.- Recuerdo que en la pericial ante el tribunal aporté el cromatograma de la muestra, que era clavado al Titadyn. [El magistrado] Gómez Bermúdez me dijo que me callara seis o siete veces, pero yo quise dejarlo claro. El cromatograma es clavado, es clavado. Todo, todos los picos que tenía el Titadyn aparecieron, todos. En un principio desechamos esa muestra de polvo de extintor porque, lógicamente, estaba dentro del extintor cuando se produce la explosión, y es posteriormente cuando un artificiero o quien sea lo aplica al foco. Pero llamé al director técnico de un fabricante de extintores, que también es químico, y me dijo que ese producto tiene una gran capacidad de absorción y adsorción. Me dijo: 'Esto es como un secante, es un calco de lo que hay ahí'.

P.- Su compañero Iglesias ha dicho que sintió necesidad inmediata de revisar el material por los obstáculos y prisas con las que tuvieron que trabajar.

R.- Yo también me quedé con ganas de revisar muchas cosas. Se me quedó muy mal cuerpo y todos los días me acuerdo de las víctimas.


Lunes, 18 de mayo de 2009. Año XXI. Número: 7.091.

ESPAÑA

Juicio a los dos policías presos por hablar con EL MUNDO

JOAQUÍN MANSO
Madrid

«Y, entre tanto, dos policías honrados llevan ya 24 días en prisión por el único delito de hablar con un periodista de EL MUNDO». Este entrecomillado figuró en todos los editoriales de este periódico durante varias semanas de diciembre de 2006. El 24º, que coincidió con la Nochebuena, fue el último que los agentes Antonio Parrilla y Celestino Rivera pasaron en la cárcel acusados por el juez Juan del Olmo de contarle una noticia a un redactor de este diario. Un anónimo aportó esa noche los 70.000 euros que faltaban para completar la elevadísima fianza de 300.000 euros que les impuso el magistrado, y permitió que los dos policías pasasen las navidades con sus familias.

Hoy comienza en la Audiencia de Madrid el juicio contra los dos protagonistas de aquel episodio. Lo único seguro es que en ningún caso regresarán a la cárcel: con las mismas pruebas con las que Del Olmo los mantuvo en prisión durante 24 días, la fiscal que se hizo cargo del caso cuando pasó a los juzgados ordinarios pide sólo una multa de 4.200 euros. Los dos niegan haber facilitado información al periodista Fernando Lázaro, que podrá ofrecer durante la vista su versión, lo que no había ocurrido durante toda la instrucción de la causa.

Del Olmo se encontraba de guardia en la Audiencia Nacional el 15 de agosto de 2006, cuando a un confidente policial se le intervinieron en Leganés cinco cartuchos de dinamita. El juez inició una investigación ante la sospecha de que el tráfico de explosivos pudiese tener una finalidad terrorista, único supuesto en el que sería competente.

Fianza desorbitada

Las pesquisas descubrieron una trama policial que traficaba con drogas y explosivos. En diciembre, el juez hizo coincidir la detención del grupo corrupto con la de otros dos policías (Rivera y Parrilla) a los que acusaba de filtrar la noticia, como si entre unos y otros existiese alguna conexión.

Del Olmo continuó prolongando esa apariencia cuando, en un mismo auto, ordenó la prisión para los dos agentes imputados sólo por revelación de secretos y a tres integrantes de la trama mafiosa. Y más aún, cuando fijó para Rivera y Parrilla una fianza desorbitada de 150.000 euros para cada uno.

Dos semanas después, Del Olmo asumió que no era competente y remitió la causa a un juzgado ordinario. El juez que se hizo cargo permitió que se devolviesen las fianzas, que se reunieron gracias a una cuestación organizada por la Confederación Española de Policía.


 

Martes, 19 de mayo de 2009. Año XXI. Número:7.092. EDICIÓN: MADRID

OPINION

IMPRESIONES / La imposición de la verdad oficial del 11-M

...Y dos policías pudieron ir a la cárcel «por discrepar»


AYER comenzó el juicio contra Antonio Parrilla y Celestino Rivera, los policías a los que el juez Del Olmo encarceló 24 días bajo la única acusación de informar sobre una trama de corrupción policial al periodista de EL MUNDO Fernando Lázaro. El hecho de que la fiscal pida ahora sólo 4.200 euros de multa demuestra de forma flagrante que Del Olmo actuó de forma arbitraria y mezquina. Con todo, lo más significativo es que ayer el juez, Miguel Hidalgo, preguntase motu proprio a Parrilla si creía que sus jefes podrían haberle implicado en este asunto de las supuestas revelaciones «por discrepar de la versión oficial del 11-M». Ni la fiscal, ni la defensa, ni los acusados habían hecho hasta el momento mención alguna a la participación de Parrilla en la investigación del 11-M. Pero la Policía sabía de sus discrepancias respecto a la versión oficial. ¿Pudo ser su encarcelamiento una estrategia de amedrentamiento de cara al juicio por los atentados


Martes, 19 de mayo de 2009. Año XXI. Número:7.092. EDICIÓN: MADRID

ESPAÑA

«¿Cree que pudo ser por discrepar sobre el 11-M?»

El juez, a uno de los policías encarcelados por Del Olmo por hablar con EL MUNDO

JOAQUÍN MANSO
Madrid

La Audiencia Provincial de Madrid celebró ayer la primera sesión del juicio contra los dos policías a los que el juez Juan del Olmo encarceló durante 24 días bajo la única acusación de informar sobre una investigación al periodista de EL MUNDO Fernando Lázaro. La fiscal pide ahora, con las mismas pruebas, 4.200 euros de multa. Cuando el agente Antonio Parrilla se defendió afirmando que sus compañeros de asuntos internos «han mentido» para implicarle en este asunto, el presidente del tribunal, Miguel Hidalgo, le respondió introduciendo un elemento novedoso: «¿Cree usted que pudo ser por discrepar de la versión oficial del 11-M?».

Ni la fiscal, ni las defensas, ni siquiera ninguno de los dos acusados habían hecho hasta ese momento ni una sola mención a la participación de Parrilla en algunos de los momentos más importantes de la investigación del 11-M.

El agente había asegurado que conoció al periodista de este diario «después de estar en la cárcel» y que la brigada de asuntos internos manipuló un informe para situarle en una reunión con él en una cafetería. «A mí me quieren meter en este asunto...», reflexionó. El juez le interrumpió: «¿Qué motivo cree que pueden tener para querer implicarle?».

-«No sé, eso pregúnteselo a ellos», respondió el agente.

-«Vamos a ver... Usted ha participado en la investigación del 11-M. Perteneció a la UCIE. Estuvo en la detención de Trashorras, en la operación de Lavapiés...», introdujo el magistrado Hidalgo.

-«Sí, sí... yo era el controlador del confidente Cartagena...».

La conversación continuó hasta que el juez preguntó directamente al acusado si sus temores tenían que ver con sus discrepancias sobre la investigación del 11-M. El agente Parrilla no contestó, sólo añadió que acabó rompiendo con la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía después de la operación Nova. «Mire usted, eso es un montaje», afirmó. El magistrado Hidalgo insistió en si había sido uno de los testigos de la «línea conspirativa» en el juicio del 11-M... y el diálogo se fue diluyendo.

El juez Miguel Hidalgo, ex policía y presidente de la Sección 16ª de la Audiencia de Madrid, participó de manera muy activa durante toda la sesión e intervino en todos los interrogatorios. Demostró un conocimiento muy preciso de todos los detalles de la instrucción, y sus preguntas no sólo exteriorizaron su interés en el objeto principal de la causa -la presunta revelación de secretos a EL MUNDO-, sino asimismo en otros adyacentes, como que una mujer rusa permaneciese un mes en la cárcel por tráfico de drogas pese a que las escuchas telefónicas ya habían probado que había sido víctima de un montaje organizado por policías corruptos que también trapicheaban con Goma 2. Precisamente, los agentes están acusados de haber filtrado a este periódico datos sobre esta trama mafiosa.

La sesión había comenzado con la reproducción de los CD en los que pueden escucharse las conversaciones del periodista Fernando Lázaro con el acusado Celestino Rivera. Después, este policía fue interrogado para dar su versión de los hechos: esencialmente, consiste en que fue el redactor de este diario quien le proporcionó a él un borrador que contenía información detallada sobre una trama mafiosa en el seno de la Policía, y no al revés. El agente, según su propio relato, habría dado traslado de estos datos a la Brigada Provincial de Información para que los aprovechasen.

Los policías de ese grupo, que fueron los siguientes en testificar, confirmaron que así fue y que, si bien Rivera mostró cierto interés en conocer cómo avanzaban las pesquisas, ellos no le aportaron ninguna referencia. Por último, compareció un agente de asuntos internos, que no aclaró cómo pudo identificar como Parrilla a una persona que se reunió con Fernando Lázaro en una cafetería de Madrid.

(11-M)